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Estás de corazón Red Hispanoportuguesa de Espiritualidad Apostólica Marista A la memoria de Servando, Julio, Miguel Angel y Fernando que con su gesto de entrega total a los más pobres, hasta llegar al martirio, nos enseñaron cómo se unifica la vida en el amor, cómo se adora y sirve a Dios en la vida cotidiana y cómo ésta se hace presente en la oración. La expresión ESTAS DE CORAZON EN CADA COSA per- tenece a un himno de la Liturgia de las Horas. Por la fuerza de sucontenido y la belleza de su expresión se ha transformado en el títulode este libro de oración, que nace como fruto de la experiencia reco-gida en diversos talleres de oración apostólica, realizados con los Her-manos que conforman las REDES de Espiritualidad Apostólica Maris-ta de América latina, España y Portugal.
El XIX Capítulo General supone en la historia de la espiritua- lidad marista un hito muy importante. Asimila el sentir generalizadoexpresado a lo largo de los años de adquirir una mayor vitalidad espi-ritual y de encontrar un camino en el Espíritu más adecuado a la voca-ción de religiosos laicales de vida activa de los Hermanos, y lo concre-ta en la necesidad de pasar de un activismo y de una vida espiritualdemasiado dependiente de los ejercicios de piedad, a una existenciamás unificada que deje lugar a la presencia de Dios en la vida y a lapresencia de la vida en la oración. Para conseguir este vuelco proponeuna pedagogía que contempla, entre otras cosas, profundizar el estudiode la espiritualidad apostólica marista, preparar animadores, iniciar alos Hermanos en esta espiritualidad desde la formación inicial, fomen-tar el acompañamiento espiritual que ayude a unificar la vida de cadaHermano desde la actividad apostólica que realiza y promover talleresde oración que permitan mejorar la oración personal y comunitaria, enclave de espiritualidad apostólica.
El presente libro es un fruto del XIX Capítulo general y del camino iniciado hace ocho años. Nace de la experiencia . Sabe a tallery a plegaria vivida. Evoca infinidad de experiencias experimentadasen la calle, en la escuela, en la vida de familia.Algunas de sus pági-nas, por su belleza y optimismo, parecen atardeceres, brisa suave, bos-que amarillo, cascada suave o remanso de paz. Otras contienen desga-rro, dolor, lamento . Todas pueden encender el alma y todas están preñadas de Dios. Llevan en su interior el misterio y conducen al mis-terio, a esa realidad tan maravillosa y consoladora de saber que pode-mos hacer experiencia y encontrarnos con el Absoluto en lo más sim-ple y cotidiano de la vida. Nuestra propia experiencia personal, lo quese vive en la ciudad, lo que acontece en los lugares de trabajo y devivencia comunitaria o familiar pueden ser "escenas, lugares, aconte-cimientos teologales" donde la presencia de Dios es manifiesta. Elmundo, el supermercado, los bancos, las plazas, las discoteques pue-den transformarse en lugares de adoración de Dios, en auténticos tem-plos donde la referencia a El se hace explícita. La droga, la enferme-dad y la muerte pueden ser leídas con ojos de fe. El Hermano de comu-nidad, la esposa, los hijos, los niños del curso, ese joven rebelde, aque-lla huerfanita o pobre de la población nos pueden, también, reflejarel rostro de Dios. El ya no vive sólo en el templo o en el cielo, se hahecho y se hace a diario compañero de camino y le podemos introdu-cir en nuestra casa, es decir, en nuestra vida cotidiana.
Los esquemas de oración que se entregan en este libro parti- cipan de este tipo de espiritualidad apostólica . Pretenden ser una ayu-da para quienes lo utilicen, de modo que cada día les sea más fácil yhabitual descubrir a Dios en la densidad de las cosas, personas y acon-tecimientos y ahí escucharle, servirle y amarle. En este sentido, pode-mos afirmar que portan en sí las semillas de un camino de futuro.
Hay dos elementos que se repiten en todos los esquemas: la interrogación y el compartir. El primero es como una guía sencilla queda pistas para descubrir al Señor en la situación concreta presentada opara que el orante vuelva a encontrase con El en el momento de laoración, reviviendo lo acontecido en la vida ordinaria. El segundo esmuy importante: afirma la dimensión comunitaria de nuestra vida y denuestra fe. La experiencia que cada miembro de la comunidad o grupode oración comparte puede ser excelente escuela de aprendizaje de laespiritualidad apostólica y lugar teológico desde donde Dios se mani-fiesta a cada uno.
Para muchos, este tipo de oración puede significar un cambio muy grande y, tal vez, no sencillo, pues suprime, en general, la recita-ción, enfatiza la interiorización y contemplación y ejercita el inter-cambio. Pero vale la pena orar también así pues ayudará sin duda acrecer en el discernimiento y en la unificación de la vida.
Este libro ha sido escrito pensando tanto en los Hermanos como en los laicos. Y al nombrar la palabra laicos nos estamos refi-riendo, sobre todo, a los profesores, a los animadores de grupos y a loscatequistas.
Puede utilizarse en forma individual o comunitaria. Sirve para alimentar la oración personal y como ejercicio de oración comunitariao grupal. La frecuencia comunitaria será variable, pero parece aconse-jable no utilizar a diario estos esquemas de oración.
Para terminar, unas palabras de agradecimiento. En primer lugar, a todos los Hermanos de la RED de habla española y portugue-sa. De modo especial a Patricio Gálvez, inspirador de la sección:ROSTROS DE DIOS y autor de varios esquemas, y a Vanderlei Söela,colaborador más cercano en la confección del libro. Una palabra degratitud, también, para Carlos Pino, diagramador, y para FernandoFigueroa y Paola quienes han dedicado tantas horas, en forma anóni-ma, a labores de secretaría.
El Magnificat nos revela cómo a María le resultaba familiar la oración apostólica. Que guiados de su mano podamos, a través delas experiencias de este libro y otras, acostumbrarnos a encontrar aDios en todas las cosas y encontrar todas las cosas en Dios.
Hno. Mariano Varona G.
Coordinador de la RED.



Rostros de El tema del rostro de Dios es recurrente en la Biblia. Alude a presencia e identidad. ¿Cómo es Dios?¿Dónde habita? ¿Cómo se manifiesta? ¿Dónde descu-brirle? ¿Qué efectos produce su contemplación? La ejercitación en el modo de orar que nos pre- senta esta sección ayudará, ciertamente, a encontrar res-puesta a estas y otras preguntas. Este conjunto de oraciones son lecturas de fe de realidades tan simples y cotidianas como la calle, la ciu-dad, el comedor de la comunidad, la jubilación, la des-motivación de un alumno, la belleza y la alegría. Son oraciones muy concretas, brotadas la mayoría deescenas de nuestras ciudades, que no se quedan en lasuperficie de las cosas o de los acontecimientos, sinoque apuntan a penetrar en su corazón y allídescubrir el rostro de Dios, percibir mensajesclaros de acción para la vida. El cultivo de este tipo deoración nos puede ayudar a lograr la contemplación deDios y la búsqueda de su voluntad en el trato con laspersonas, en las ocupaciones diarias y en la fidelidad humilde de todos los días. (Cf EAM,27)


¿Dónde está Dios? "Ver el rostro de Dios es la vocación de todo hombre". (Juan Pablo II) "Por qué nos has sacado de Egipto para ma-tarnos de hambre y sed a nosotros y a nuestroshijos?" (Ex, 17,3) Todo parece demostrar que Dios ha abandonado a su pueblo: la sed y el hambre, el desierto implacable, eltiempo que pasa., y la tierra tantas veces prometida queno llega. Dios parece que habla, pero lo único evidente es que no hace nada, permite el mal, la enfermedad y lamuerte. El pueblo que se creía elegido y amado no tienesalida. La protesta es obligada.
Desde entonces en miles y millones de voces la misma pregunta: en medio de tantos males, de tanta in-justicia, de tanta muerte. ¿dónde está Dios? Siemprehay aquí una herida abierta, una queja no resuelta, unareivindicación no satisfecha. Es el problema de Dios ydel mal que, de mil formas crueles, rodea y asalta a másde media humanidad. Y también en mi ciudad hay de-masiados males sin sentido: soledad para muchos ancia-nos, para demasiados niños y adolescentes sin ningúnfuturo ni opción alguna de dignidad para su vida; afren-tosas desigualdades en una ciudad alegre y confiada,muchas familias descolgadas del bienestar que otros dis-frutamos, el desempleo que no cesa, transeúntes que vany vienen sin fin y sin razón, etc.
Y ahí está Dios, callado, sin intervenir, aunque parezca mentira siendo como es Providencia de los hom-bres y Señor del mundo. Y no sé por qué calla, pero séque está ahí, tomando nota, mirando cada rostro, sin per-der palabra ni gesto ni dolor ni grito de nadie. No sépor qué calla, pero sé que está ahí, y lo veo; con los ojosde la fe lo veo. Y esta visión de un Dios callado, a la vezque me desconcierta y a veces hasta me enfurece, no meda consuelo alguno, pero me da la certeza de que habrájusticia y de que hay que empezar haciéndola ya desdeahora.
Esa es la mínima historia, y yo, no tan bien como quisiera, sigo también caminando, porque sé, porque lo veo (¡Ay, los ojos de la fe!), que Él, el Dios del silencio,está ahí. Y sigo esperando que hable. Mientras tanto, loveo y lo reconozco en mil pasos perdidos por las casas ycalles de esta ciudad.
Y Para orar
1. El texto, el rostro, ¿qué realidad de las que has
vivido hoy te reflejan? 2. ¿Cómo experimentas a Dios en el mal? ¿Qué
llamadas concretas te plantea? 3. Para la oración en común te sugerimos el Sal-
mo 72(71) y el canto: "Cristo" de Kairoi.


imagen de Dios «Nos apasiona Jesús y su Evangelio. El es la razón de ser de cuanto hacemos» (E.A.M. 15) Jesucristo,"Imagen de Dios invisible" (Col 1,15) El es el primer sacramento, el revelador, el icono de Dios: "así es Dios". Y a la vez por Él tenemos acceso aDios, Él es el puente, pontífice y mediador. Él es el rostromás aproximado, más fiel y verdadero de Dios.
Desde Jesucristo, y por Él y en Él, el rostro de Dios se vela y se desvela en muchos espacios y gestos simbó-licos. En muchas cosas, situaciones, lugares, acciones,realidades y espacios de mi ciudad.
Ejemplos y rasgos del rostro de Dios. Lo primero, y con palabras de M. Hernández, "Hay que volver al pan,a Dios y al vino, son ellos mi destino". Está en la euca-ristía encarnado y hecho pan, en los domingos, en la eu-caristía con los niños.
Es un Dios oculto y a la vista de todos, inaccesible y fácil, indemostrable y obvio, del que casi siempre dis-fruto, como a aquel a quien le es dado, sin saber muybien por qué, ver desvelada la hermosa profundidad delbosque más allá de los árboles evidentes de la primeralínea. Y no sé por qué extraña, o quizá razonable coinci-dencia, el bosque es siempre más hermoso que los her-mosos árboles que impiden verlo.
Pero este rostro va y viene más allá y más acá de todos los sacramentos de la lista oficial y admite milvariedades: el rostro de cada niño acaba siendo un sa-cramento, o una pareja que desprende amor, o un en-cuentro inesperado, o el golpe de una desgracia, hasta aveces una violencia sin sentido, o un rostro desconoci-do, o el fulgor de un almendro florecido, o el remolinode cientos de adolescentes en un sábado noche en lasdiscotecas, o un grupo de jóvenes reunidos para hablarde Dios a media tarde del sábado o en cualquier salón declase en el alboroto de los jóvenes y de los niños, o enuna campana que suena para avisar al caer la tarde, o enel rostro del Hermano de comunidad, o en el indígenaque pide caridad, o en el niño sucio de la calle, o.
Al final, como al principio, todo es sacramento de Dios y del hombre; todo es símbolo para quien tiene lallave, la clave, la combinación de cada hecho, de cadaespacio, de cada gesto. Al final todo es gracia, todo esrostro de mi Dios urbano. Y cuando tengo tiempo y si-lencio interior para ello, lo contemplo y lo disfruto. Yme siento feliz, afortunado de compartirlo con mis Her-manos.
1. ¿Dónde Jesús se te ha hecho habitualmente ima-
gen evidente y comprometedora del Padre?¿Qué te pide allí? 2. ¿Dónde hoy, el Dios encarnado ha sido sacra-
mento para ti? 3. Para la oración en común te sugerimos el
Canto de Isaías 42, 1-9 y el canto: «Jesús esSeñor» de Kairoi.


Dios en la calle "Para hallar a Dios, conviene tener presente que está en todas partes; pero también no está solo" "Dios se paseaba por el jardín tomando elfresco". (Gn 3,8) "Si Dios se cruza conmigo, no lo veo; pasa ro-zándome y no lo siento". (Job) Dios pasa y pasea conmigo por las calles de.
(nombre de tu ciudad). Si me miro por dentro va conmi-go; me fijo en un rostro, y allí se transparenta un hálitode Dios mismo; hay un mendigo en la esquina, y meparece que Dios también se encorva y se avergüenza conél y en él; una mujer pasa con rostro cansado de soledad,y Dios mismo tiene cara de oscuro cansancio; un grupode niños juega como puede en un rincón de la plazuela,y Dios también ríe entre ellos. Cualquier cazador furti-vo medianamente hábil y un poco experimentado des-cubrirá esa santa pieza que es Dios en la calle. TambiénDios se pasea por. ( pongo nombre a mi ciudad y a loslugares de la misma).
Y Dios se me hace equilibrio y paz junto al .(lu- gares típicos de mi ciudad); fuente de saber y omegadefinitivo en el patio de mi colegio, del .; humilde yhumillado, en los suburbios, en.; vitalista y postmodernoen cualquier campus universitario; interior y profundoen la plaza., difícil y replegado en. Cada calle es unavía de acceso a Él; cada casa es morada suya, y cadaespacio urbano es asiento y paseo de un Dios que lo ocupatodo y todo lo trasciende. Dios pasea por. :tan lejos queno lo alcanzamos a ver, tan cerca que no recomponemossu rostro. Lo que pasa es que los ojos de la fe tienen"zoom" y hasta gran profundidad de campo. Y logranenfocar ese rostro de Dios.
1. Después de leer este texto, identifica los luga-
res de tu ciudad que te conducen a Dios o en los que quizás pasa desapercibido. ¿Cómo sepaseó Dios hoy contigo por la ciudad? 2. ¿Cómo se te ha presentado en el día de hoy en
los distintos rostros, en las distintas calles, enlos lugares que has frecuentado? 3. Seguro que al circular por las calles de tu ciu-
dad, ha surgido alguna llamada, ¿la has acogi-do o pasó de largo? 4. Si te parece, en la oración con tu comunidad o
grupo comparte tu experiencia. Pueden rezar
al final el Salmo 138 y cantar: "Dios en la ciu-
dad" de Kairoi.




Dios en los signos de los tiempos "La refundación pasa por la formación en la lectura de los signos de los tiempos" "Cuando vean estas cosas, sepan que está cercael Reino de Dios" (Lc 21, 28-33) v Creatividad en la búsqueda de caminos.
v Estar dispuestos al cambio.
v Estar en continuo discernimiento.
Procesos frecuentes en el discernimiento de nuestros estilos de vida.
v Las realidades de pobreza y marginación en nuestros países.
v Oración más apostólica.
v Replantear nuestra vida y misión: no tanto hacer muchas cosas (instrumentos), sino servida (como símbolos, iconos, profecía) Las calles están preñadas de significados y llama- das. Puedo pasar por ellas sin inmutarme, sin plantear-me ningún interrogante, o puedo hacer lectura de las se-ñales que están allí. También nos hacen llamadas los do-cumentos del Magisterio, de los Capítulos Generales, delos Superiores Mayores, la Vida Religiosa joven, etc.
Estás, mi Dios, en la ciudad, llamándome a leer las se-ñales que has puesto para cuantos transitamos por suscalles todos los días. Señales como éstas: los niños em-pobrecidos, sucios, ignorantes, faltos de cariño, faltosde dignidad; grandes colegios, con grandes estructurasy muchos movimientos; pocos lugares para acoger a jó-venes con dificultades serias de identidad, de ganas devivir; rostros tristes, rostros ajados por la angustia sintener lugares para ser acogidos y poder brindarles el bál-samo de tu amor que nos sana.
Estás, Dios querido, en nuestras casas de formación casi vacías; en nuestras fuerzas más menguadas; en las es-tadísticas que nos hablan de menos miembros y más enve-jecidos. Estás en los sueños de nuestros Superiores, en susinvitaciones a la fe y a la esperanza, en sus gritos por la vida ("optar por la vida"), en sus insistentes llamados aldesplazamiento, a la desinstalación, a la reestructuración.
Las invitaciones que me llegan para consumir, usar y desechar, la invitación a la felicidad efímera a costossociales muy altos me quieren emborrachar y hacermesalir de tus caminos, de la actitud continua de discerni-miento. Entonces, Señor, regreso por ese camino inte-rior por donde tantas veces te he encontrado y me pre-gunto: ¿hay un camino sólido de espiritualidad caris-mática en mi vida que me lleve a emprender cambios, adar pasos de refundación, de discernimiento? ¿Hay ca-pacidad en mí y en mis Hermanos de ahondar cada vezmás en procesos serios de discernimiento que nos llevena replantearnos nuestra vida y misión? ¿Hay suficientecreatividad para recrear el carisma? ¿Hay suficientevalentía para responder, desde la periferia, desde la mi-noridad, desde el desplazamiento? Y en estos interrogantes, vuelves a aparecer Tú, débil, indefenso, abandonado en Dios, con la fuerza dela Cruz, con la fuerza de tu espíritu, con la fuerza delamor, de la fe.
1. ¿Qué exige de ti esta dinámica de descubrir las
señales de Dios? ¿Cuáles son los signos de lostiempos en este momento? 2. Vivir esta espiritualidad va a requerir cambios
en tu vida, ¿hacia dónde apuntan esos cambios? 3. Te sugerimos orar con el salmo: 69(68) y con el
canto : "Tú, Señor, cada mañana" de Kairoi. Dios en los gritos de esperanza "En estos gritos de esperanza brota la semilla del Reino y se manifiesta la presencia del Espíritu" ".Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no anda en tinieblas, sino que tendrá la luz de vida" Caminar por mi ciudad, caminar por nuestras ciu- dades es un continuo encontrarse con el Dios de la espe- ranza, con el Dios de la vida. Muchas de las calles lle-van a ver el rostro de Dios en los que están luchandopor los derechos humanos, los que están construyendola paz, lo que se están esforzando por eliminar la mise-ria, los que están propugnando una sociedad más justa,los que están trabajando en el mundo de la educaciónsembrando la transformación de la sociedad, los que de-fienden el respeto a la vida, los que promueven la salva-guarda de la Creación, los que con sus vidas están anun-ciando la Buena Noticia (Mensaje. XIX. Cap. General).
Y poco a poco empiezan a aparecer estos rostros muy concretos en los diarios, en las propias calles, al pasar poralgunas instituciones. Me he quedado contemplando esterostro en los estudiantes de un colegio que se empeñan enproyectos de solidaridad en un barrio periférico. Pasandopor unos barrios alejados de mi ciudad me encuentro conuna institución que atiende a jóvenes con deficiencias men-tales, todos ellos han sido despreciados o viven en condi-ciones indignas, pero esta mujer quiere devolverles la dig-nidad de personas. Y en el corazón de la ciudad está ungrupo de voluntarios y una comunidad de religiosos conlos niños de la calle, dándoles albergue, intentando acoger-les y devolverles la frescura de su niñez. A cada paso teencuentro Señor en la vida, en la esperanza, en los servido-res públicos, en el que barre las calles, en el que nos fabricael pan, en el que nos traslada de un lugar a otro.
Te encuentro en esas personas que están querien- do aunar esfuerzos para atender a los enfermos del SIDA,los que están creando organizaciones para que los po-bres tengan medicinas en sus momentos más críticos,.
y así, Señor, estás en la vida, en esos jóvenes que semarchan a los barrios para ser signo de esperanza entrelos que nada tienen.
1. ¿En qué gritos de esperanza, de vida, has senti-
do hoy a Dios presente? 2. ¿Vives tu vocación en esta clave? ¿Te sientes
colaborador de Dios en la tarea de humanizarla sociedad, de construir su Reino? 3. Te sugerimos orar con el salmo: 41(40) y con el
canto : "Aleluya por esa gente". Dios en la belleza y en los signos de vida "Dichosos ustedes porque ven y oyen. Yo les ase-guro que muchos profetas y santos ansiaron ver loque ustedes ven, y no lo vieron, y oír lo que uste-des oyen, y no lo oyeron" (Mt 13,16-17) Todos los días somos invitados a ejercitar la mira- da, a estar atentos a los innumerables signos de la pre-sencia amorosa de Dios que existen en la naturaleza yen la historia.
¡Qué hermoso es contemplar la belleza de la crea- ción! ¡Qué agradable reconocer la belleza de la creaciónhumana! Encontrar a Dios en la vida: en la flor, en los colo- res, en la música de los pájaros; en el viento y las mon-tañas; en el mar y en el cielo; en la noche y en el sol… Encontrar a Dios en los niños, en el desarrollo hu- mano, en los encuentros, en los gestos de perdón, en lamano tendida, en el servicio abnegado y escondido.
Déjate tocar por la belleza de la vida. Disfruta el bien, la bondad, la gracia; el ser bueno, el ser portadorde paz, alegría y vida.
Ve al mundo con los ojos apasionados de Dios.
Contempla el misterio, adórale allí, y agradece.
Y Para orar
1. Siéntete parte de la belleza del universo. Con-
templa tu cuerpo, tu capacidad de ser y de cons-truir. 2. Contempla las bellezas que hay en ti y en los
demás seres del universo. 3. Deja brotar de tu corazón un himno de alaban-
4. Pídele a Dios tener un corazón abierto y una
mirada nueva. 5. Reza Con tus Hermanos de comunidad o con el
grupo el salmo 8. 6. Canto: Qué hermoso es el ver a Dios en cada
cosa del universo. Dios en la experiencia de alegría y de realización "En ese mismo momento, Jesús, movido por elEspíritu Santo, se estremeció de alegría y dijo:‘Yote bendigo, Padre, porque has ocultado estas co-sas a los sabios e inteligentes y se las has mostra-do a los pequeñitos.
Sí, Padre, así te pareció bien'" (Lc 10,21)
Cada día podemos hacer la experiencia de la con- quista y de la realización. Como seres humanos, siem-pre en búsqueda, y en camino, tenemos hambre de cre- cer, de llegar más allá, de volar más alto, de ser más.
Pero, es cierto también que siempre que llegamos a al-gún lugar o alcanzamos algo deseado, sentimos ganasde volver a empezar otra tarea. Es el misterio profundodel ser humano que siempre aspira a más.
En este último tiempo, ¿qué es lo que has buscado más? ¿Percibes alguna conquista? De las realizaciones que has logrado, ¿cuáles han generado en ti paz interior, alegría, crecimiento? ¿Has sentido alegría y gozo con el crecimiento de tus alumnos, Hermanos de comunidad, compañeros detrabajo y de camino? Repasa estas experiencias.
Y Para orar
1. Presenta al Señor tus realizaciones, descubri-
mientos y conquistas. Reconoce los dones queposees y que son regalos de Dios. Agradécelos. 2. Retoma alguna experiencia que generó en ti ale-
gría, gusto por la vida y que te hizo crecer comopersona. 3. Deja que brote en tu corazón una alabanza y un
himno de acción de gracias por todo lo que haslogrado hacer y por las conquistas de los de-más. 4. Reza con tus Hermanos o grupo el Salmo 66
5. Canto : Canción del misionero
Dios presente en el comedor de la comunidad «Ardientemente he deseado compartir esta comi-da con ustedes» (Lc 22,15) .Son las dos de la tarde y. nos vamos acercan- do al comedor. - "Abre esa ventana, Hermano, que entre la luz y el aire fresco, que necesito despejarme un poco"… - "Vamos un poquito rápido, que hoy tengo prisa, que esta tarde tengo." - "Tranquilo, Hermano, espera que llegue el Herma- no Moisés. que se ha quedado hablando con unchico de su clase." - "Ya estoy aquí, perdón por llegar tarde…" - " Gracias, Señor, por la mañana, por las personas con las que hemos compartido nuestro trabajo. Tedamos gracias por estos alimentos que pones ennuestra mesa y por Antonia, nuestra buena cocine-ra que con tanto cariño nos lo ha preparado. Amén." - .(Todos sentados ). "Hoy pensaba no compartir nada pero no quiero privarles de todo lo que hasido la mañana." - "¿Qué ha pasado.?" - " Les cuento: Creo que la mañana ha sido muy com- pleta: A la entrada se han presentado los padres deJorge. Dicen que su tutor la ha tomado con él, queno es justo después del esfuerzo que está hacien-do el niño; que con él no aprueba ninguna, que lodeja en ridículo delante de sus compañeros y queincluso llegó a darle una bofetada ayer en clase.
Me dicen que se lo llevan del colegio y que pue-den presentar una denuncia." - "¿Qué podemos hacer?" - "Habla con D. Antonio, habla con Jorge." - " Además, Alvaro en la oración de entrada, me ha dicho su tutor, que ha pedido por Abel, su viejoamigo. Que ayer tuvo un accidente y está muy gra-ve. Menos mal que David en el recreo se me ha acercado para darme la buena noticia de que su ma-dre ha tenido mellizos y se encuentra muy bien.
Habrá que llamar a Marisa, catequista, para felici-tarla." - Como pueden ver, aquí hay vida.
- "Ya que estamos terminando la comida, quisiera Gracias, Señor, porque alrededor de la mesa podemos compartir junto con la comida todoaquello que forma parte de nuestro quehacer, nues-tras preocupaciones, las alegrías y las penas denuestros alumnos, de sus familias. Te damos gra-cias, Señor".
Y Para orar
1. ¿Cuál es tu nivel de comunicación en la comuni-
dad? ¿Cuánto hay de compartir lo que sucede? 2. ¿Te es fácil o difícil hacer lecturas de fe de cuan-
to acontece en tu vida y en la de la comunidad?¿Hay algún momento en la vida de la comuni-dad donde se compartan esas lecturas? 3. ¿Dónde has sentido a Dios, hoy, presente en el
compartir de tu comunidad? 4. Te sugerimos que ores con tu comunidad el sal-
mo 132: "¡Qué hermoso es que los Hermanosconvivan unidos!" 5. Canto: "Qué bien todos unidos" o "Las fuerzas
se rehacen en la mesa". Dios presente en los jóvenes animadores de grupos "Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes decebada y dos peces; pero ¿qué es esto para tantagente? (Jn 6,9). Aquí están con sus cinco panes de cebada y sus dos peces cada semana. Aquí están con sus cualidades dispues-tos a pasar un rato con los niños y niñas de los grupos.
¿Qué les mueve? No sé si ellos mismos se dan cuenta: loque sí se les nota son sus ganas de estar con los niños, laalegría de su mirada cuando encuentran a su grupo.
Son jóvenes, quizá inexpertos y con un camino por hacer; pero se han dado cuenta de que una parte de suvida la quieren dar a los demás y aquí los tienes dispues-tos a pasar un momento con estos chicos y a comunicaruna fe que no sé hasta qué punto la tienen asumida. Ellosven en Ti, Jesús, una persona que les da un toque dife-rente en la vida y eso es lo que comunican.
Sirven junto a tantas personas que nos dedicamos a extender tu Reino entre los niños y jóvenes. Pero qui-zá hoy me paro en ellos porque me sorprende su res-puesta al evangelio en un mundo egoísta, materialista ysuperficial, que alardea de ser no creyente.
Con sus cinco panes y sus dos peces, vuelve a ha- cer tu milagro de multiplicar tu gracia entre nuestros gru-pos, en nuestras vidas y suscita muchos animadores en-tre los jóvenes, dispuestos a seguirte.
1. Intenta recordar el rostro de un animador de
grupos. Recuerda lo que conoces de él. ¿Quésentimientos te provoca? Intenta verlo esperan-do a los niños de su grupo. ¿Qué sentimientoste provoca? Reza con él y por él. 2. ¿Cómo estás colaborando tú a la construcción
del Reino de Dios? Agradece y suplica. 3. Te sugerimos que ores el Salmo 111.
4. Canto: Gracias por tu don (Kairoi).
Dios en los contratiempos de cada día "Cuando hayas hecho lo mandado di: siervos in- útiles somos. Hicimos lo que teníamos que hacer". (Lucas 17,10). ¡Cuántas veces, Señor, me dejas descolocado, des- concertado, sin saber si quizá hice algo mal cuando me habíalanzado, con todo mi corazón, a preparar algo para el biende mis hermanos. De pronto, me encuentro con que, en uninstante, todo se deshace como el humo entre las manos…! ¿Recuerdas la veces que la clase preparada con todo esmero me la ha echado a perder un alumno a los dos mi-nutos de empezar? ¿Y las veces que algún Hermano ha malinterpretado lo que era un detalle que me había salido del corazón? ¿Y lo terrible que es confiar en una persona y experi- mentar la traición? ¿Qué pretendes, Señor, cuando la tormenta interrumpe un paseo comunitario en una agradable tarde soleada? ¿Cómo reaccionar cuando nos cambian de destino precisamente cuando mejor nos encontramos? ¿Por qué nos tienen que interrumpir una fiesta con la noticia de la desgracia de una persona querida? ¿Por quécuando nos sentimos felices, cuando todo parece que nossale a pedir de boca nos llega una enfermedad que lo arrui-na todo? ¿Debo olvidar, sin más, el que nadie acudiese a un encuentro preparado con detalle? Contratiempos y más contratiempos van jalonando la vida y me van diciendo que muchas veces mis interesespersonales no se identifican precisamente con los tuyos,Señor, y que mi vida y la de mis Hermanos es mucho másimportante que lo que hago en este instante pasajero. Porlo demás… a la hora de la verdad, ¿no es el corazón lo quepara ti cuenta? Y Para orar
1. ¿Cómo leo, desde el Señor, una situación de con-
trariedad como las descritas? ¿Estás pasando poralguna de ellas? 2. ¿Sé buscar qué querrá Dios de mí en situaciones
3. Te sugerimos rezar con el Salmo 25 (24)
4. Canción: "Gracias por tu don" (Kairoi)
Dios pregunta: ¿Dónde está tu hermano? "El pobre es un lugar privilegiado para un inagotable descubrimiento de la novedad de Dios en Jesús?" (P. Arrupe) "Caín, ¿dónde está tu hermano Abel?"(Gn 4,9) Es la primera pregunta que Dios hace a un hombre fuera del paraíso. ¿Hará falta recordar que "abel" signi-fica "desvalido, frágil"? En cualquier caso, él represen-ta a todos los frágiles, rotos, desvalidos y sin valor deeste mundo; los tan sin valor que, como diría el escritoruruguayo Eduardo Galeano, "no valen ni lo que la balaque los mata".
La pregunta, o el grito, o el suspiro. saltan, duros y broncos, en cualquier espacio de la ciudad. Y ahí estáDios, también crucificado; legalmente, pero crucificadoen las afueras de la ciudad, entre dos malhechores.
"Dios es negra": era un desafío teológico y social planeado por los negros esclavos contra los blancos ri-cos y cristianos. Es decir, Dios es mendigo, Dios tomametadona, Dios es inmigrante y, para más inri -¡nuncamejor dicho!-, es ilegal. Dios está enfermo, y quizás tomael Retrovir con la esperanza de ganarle la carrera al SIDA.
Dios duerme en el portalillo de nuestras Iglesias. Dios,además de pobre, es vago e insoportable. Y así cientosy miles de rostros de Dios. Y este Dios se me cruza condesparpajo y algo de provocación todos los días una yotra vez. Como Atenas en aquella visita de Pablo, (nom-brar otras ciudades actuales) están llenas de dioses, yquizás el verdadero parece un desconocido: no tiene casani carnet, ni aparece en el padrón municipal, ni paga cuotaparroquial, ni tiene siquiera sus papeles en regla.
Más mal que bien, sin ninguna ventaja, un poco a mi pesar, pero con mucho amor y una muy especial ter-nura, veo el rostro de Dios, aunque no siempre, y portorpeza mía, en el rostro de todos los nadies, de todoslos ninguneados, de todos los injusticiados. sean ino-centes o culpables. Es el calvario, el vía crucis de todoslos días: en cada persona pobre, doliente y dolida, encada desamparado. descubro a veces el "ecce homo"del gobernador Poncio Pilato: alguien me dice hoy tam-bién "Ecce homo", "He aquí al hombre". Y al ver a esehombre, a ése ahora y no a otro, veo a veces el rostromismo de mi Dios en la ciudad. Menos cuando, con cual- quier pretexto, desvío los ojos y miro para otro lado,disimulando.
Y Para orar
1. Si Dios te preguntara ¿dónde está tu hermano?,
¿qué le responderías? 2. ¿Cuáles son los débiles, los desvalidos, que te
han reflejado el rostro de Dios hoy? ¿Has en-trado en comunión con ellos o has preferidomirar a otro lado? 3. Los distintos encuentros del día de hoy, ¿de qué
manera han resonado en tu corazón? 4. Te sugerimos orar con el salmo 85 (84) y con el
canto: "Allí estás tú" de Kairoi. Dios se hace niño "En esa aparente negación de lo humano Dios aparece como absoluto, como plenitud, como llamada trascendente". "Les aseguro que si no cambian y no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de Dios" (Mt 18,2-10 y 19,13-15) Entiéndase "niño" como la aceptación de la propia vulnerabilidad, como encuentro con el débil, como acep-tación de la dependencia profunda de la vida, como acep-tación de ser indefenso y de estar en continua relacióncon el Otro.
Y Dios precisamente está allí, en las clases de los colegios y escuelas, en los bullicios de los patios, en loscontinuos porqués curiosos ante lo que van descubrien-do, en las calles de mi ciudad, allí por las avenidas másimportantes, pidiendo caridad, en los buses cantando, enel extender la mano diciendo ¡regale para un pan!, en lasnoches frías vendiendo unas flores, en las plazas lus-trando los zapatos, en las piletas de las rotondas de laciudad, bañándose sin importar si el agua es sucia o lim-pia, en el mercado insistiendo: ¡compre ajo, casero, lle-ve la fruta.!, en las cárceles con sus mamás porque notienen otro espacio, en los rostros adoloridos de los quehan sido abusados por inescrupulosos familiares o ex-traños en. Dios: te haces pequeño, sufriente, adolori-do, feliz , mendigo. Y te me haces ternura, rabia, llama-da a velar por esos niños, te haces presencia que me in-vita a ser como niño.
Y Jesucristo se hace en las calles rostro de niño, rostro que abunda por doquier, quizá sin ser reconocido,pero allí está en la ciudad, llamando, pidiendo que noshumanicemos, que reconozcamos nuestra fragilidad, quenos paremos a admirarnos de la belleza del atardecer, dela grandeza de los amaneceres, que nos gocemos de lasonrisa de los rostros felices por la vida, que nos dolamosde la tristeza de los rostros sufridos, que no luchemospor el poder sino que nos hagamos pequeños porque deellos es el reino de Dios.
Me doy la vuelta y allí estás, entro a mi cuarto y allí estás como el niño que necesita ser acogido, como elniño que busca protección. En todo lado estás.
Y Para orar
1. ¿Cómo se te ha manifestado hoy Dios como
2. ¿Qué rostros te llevaron a reconocer tu vulne-
rabilidad? ¿Qué te pidió allí Dios? 3. Te sugiero orar con el salmo: 130 y con el can-
to: "Niño" de Kairoi. Dios en el alumno "El viñador le contestó:Señor, déjala (la higuera) todavía este año; entretanto yo cavaré y la echaré estiércol; si en adelan-te diera fruto." (Lc. 13, 8-9). En mi oración de hoy, Señor, viene a mi recuerdo la persona de Sergio. Está repitiendo curso. Con 17 añosencima, y con muy pocas trazas de que sea éste el últi- mo año que repite. Sus padres adoptivos saben que lapresión que pueden ejercer sobre él tiene un límite muyconcreto, y tienen que reducirse a intentar persuadirlecon consejos y palabras de ánimo.
Y aquí está Sergio, en mi clase. Le has puesto Tú en mis manos. ¿Tendré que conseguir yo lo que no hanconseguido sus padres ni los profesores y tutores de cur-so que ha tenido hasta ahora? Yo creo que tiene buen corazón y, desde luego, está muy clara su preocupación por la justicia, aunque seacoloreada de un interés por movimientos marginales quesuscitan el recelo de la gente normal. Quiero leerlo comoun impulso de protesta ante determinadas realidades yun deseo sincero de mejorar la sociedad. Es cierto queesto luego no se concreta en un cambio de vida; pero ahíestá; al menos se diferencia de muchos de sus compañe-ros que no están ni ahí con las cosas que suceden.
Y me pides que le evangelice, y que le motive en el estudio. Me siento incapaz, Señor, pues veo que mis in-tentos caen una y otra vez en el vacío.
Además, últimamente le ha dado por unirse a la actitud de otros compañeros repitentes, que no se limi-tan a perder el tiempo en clase, sino que se proponenimpedir el desarrollo normal de las actividades.
En la última actividad del cuaderno de Religión decía que ha dejado de creer en Dios porque permanecepasivo ante la injusticia y el sufrimiento de los hombres.
Tú sabes que ésta es una trampa frecuente en la que es-tán atrapadas muchas personas de buena voluntad. Pero,¿qué puedo yo decir a Sergio para convencerle de queTú no estás con los que causan el mal, sino entre los quelo padecen; que eres omnipotente, pero a la vez impo- tente para evitar el mal causado por el hombre y todasesas consideraciones sobre el sentido del mal que sóloconvencen a quien ya goza de una fe serena y estable? En fin, Señor, creo que estoy cayendo en el error de darme un protagonismo que no me corresponde.
Acepto convertirme en un simple instrumento de tu gra-cia transformada.
Dame paciencia para tolerar las impertinencias de Sergio, palabras para persuadirle de que aunque él hayadejado de buscarte, Tú sigues buscándole a él y amán-dole con la ternura que sus primeros padres no le dieron.
Y que aunque los resultados académicos no sean aceptables, que al menos encuentre en mí a un amigoque se acercó él y le dio alguna luz para iluminar untramo de su vida.
Y Para orar
1. Trata de pensar en tus alumnos, pasa tu mirada
sobre cada uno de ellos.
Piensa sobre todo en los que más problemas tedan. Reza por cada uno de ellos, pronuncia susnombres. Acéptalos como son.
2. Ora con la comunidad o con el grupo el artícu-
lo 87 de las Constituciones. 3. Canto: Pequeñas aclaraciones (Manzano)
Dios en el hermano "Echaron mano de un cierto Simón de Cirene que venía del campo, y le cargaron la cruz para quela llevara detrás de Jesús" (Lucas 23,26-27). Veo tu rostro, Señor, en el Hermano angustiado por su decadencia física.
Está perdiendo la vista, y necesita una lupa de gran aumento para seguir en el libro de oficio las oracionescomunitarias. Incluso un Hermano le ha hecho una foto- copia ampliada de los textos para seguir el rezo común,con más facilidad.
Me admira la vitalidad de este Hermano que, casi ciego, sigue fielmente los ejercicios comunitarios, acom-paña al órgano las canciones en un coro de la terceraedad patrocinado por la Caja de Ahorros Local, despla-zándose por pueblos y ciudades y contando luego con lailusión de un niño, sus experiencias y correrías, los cua-dros líricos en los que reflejan los misterios cristianos(Navidad, Semana Santa) y los comparten con la gentesencilla.
El quiere vivir. Está empeñado, a sus 82 años, en saborear hasta la última gota del vaso de su vida.
Ahora está pasando una noche oscura porque le han dicho los doctores que tendrá que someterse a una ope-ración delicada para intentar salvar su vista. Y que exis-te un riesgo cierto de quedarse ciego. Noto que esto lehace sufrir y cada poco tiempo viene a comunicarme queesta situación le está deprimiendo.
Le escucho con atención y trato de darle palabras de ánimo ¿Pero cómo transmitirle la seguridad que laoperación va a salir con éxito? ¿Y cómo hacerle com-prender y aceptar el hecho tan posible como fatídico desu ceguera? En la realidad dura de este Hermano veo, Señor, una llamada a tender la mano, a escuchar y también apensar que la limitación acaricia todos los ángulos demi vida; que la decadencia es una etapa del ciclo vital yque, cuando va acompañada de achaques físicos impor-tantes, puede conducirnos a un Getsemaní difícil de acep-tar.
Hoy tengo que conformarme con ofrecer mi hom- bro a este Hermano para que repose en él unos minutosy lo humedezca con sus lágrimas. Ser Cireneo que ayu-de al Hermano a soportar su pesada cruz.
1. Trata de encontrar situaciones cotidianas en
las que se te presenta la oportunidad de serCireneo. 2. ¿Eres capaz de traducir las situaciones doloro-
sas del Hermano de tu Comunidad, del alumnoa quien das clases, etc. en gritos desgarradosque te dirigen para acercarte a ellos y echarlesuna mano? 3. Reza con tus Hermanos de comunidad o con el
grupo el Salmo23 (22): El Señor es mi pastor. Canto: Gloria, gloria, Aleluya.
Dios en el anciano "Esta no fue la suerte de aquellos hombres de biencuyas obras no se olvidaron. Sus bienes pasaron amanos de su descendencia; dejaron a sus hijos suherencia.
Su descendencia se mantuvo fiel a la alianza,sus hijos lo fueron gracias a ellos. Su descenden-cia permanecerá para siempre, su gloria no serádestruida". (Eclesiástico 44,10-13)
Hoy te encuentro, Señor, en las plazas, al lado de los jardines, sentado pensativo en un banco o caminan-do lentamente apoyado por un bastón. Hoy te veo hechocarne en cada uno de los ancianos que viven en nuestrasociedad.
Unos ancianos viven en la casa de sus hijos, dis- frutando de la presencia de los nietos, que los ven comoprolongación de su vida y signo de alegría y felicidad.
Otros pasan los últimos años de su vida en residencias.
Unos y otros han perdido energía, capacidad de de- cisión; ya son menos escuchados y sus opiniones sonpoco tomadas en cuenta en esta sociedad de la eficacia.
Algunos llevan a sus nietos a las escuelas o hacen las pequeñas compras de la casa.
A otros, la mala salud no les permite hacer nada y sienten el dolor de la inutilidad.
Los hay que son muy apreciados y queridos por los hijos, los nietos y hasta los biznietos; también he vistoabuelitos que son llevados a la residencia porque moles-tan en casa y su queja frecuente es: "mi familia no meviene a visitar, ya no me quieren".
Voy recorriendo esos rostros y te veo como el Dios del amor gratuito, como el Dios de la armonía y pacifi-cación, como el Dios inútil o el Dios que no da respues-ta a los problemas, el Dios que experimenta la soledaden Getsemaní o que es apartado de la sociedad porquesu mensaje no va con los tiempos.
Me habían pintado un Dios "Todo poderoso" y le voy encontrando en el decaer de las fuerzas y de la vida.
Y Para orar
1. ¿Cuál es tu relación con las personas mayores
que encuentras en el camino, empezando porlos Hermanos de tu comunidad? ¿Son ellos sa-cramento de Dios para ti? 2. ¿Cómo encajas en tu vida las experiencias de la
fragilidad, de la soledad y del fracaso? 3. Oración en la prueba. Reza con tus Hermanos
de comunidad o con el grupo el Salmo 31. 4. Canto: "Caminaré en presencia del Señor"
Dios en el mayor que no se jubila "El que diga "yo amo a Dios", mientras odia a suhermano, es un embustero, porque quien no amaa su hermano, a quien está viendo, no puede amara Dios a quien no ve" (1 Jn 4, 20-21). Veo tu rostro, Señor, en Domingo. Es cierto que no le conozco mucho, pero eso no me impide verte enél. Este hombre podría estar tranquilamente jubilado ydescansando, y sin embargo está en "Proyecto Hombre",que es un proyecto para liberar de la droga, como tera-peuta y animador, acompañando a muchachos y mucha-chas en su esfuerzo por abandonar la drogodependencia.
Mucho sufrió este hombre cuando su hijo estuvo metido en ese mundo, pero eso mismo le dio el corajesuficiente para ayudar a su hijo a salir de ese horribleinfierno y además dedicar su tiempo a otras personasmetidas en esa horrible realidad.
Gracias, Señor, por Domingo y por otras muchas personas que dedican su tiempo de forma desinteresadaa aliviar el sufrimiento de mucha gente. ¡Veo tu rostro,Señor, en esas personas!. Tú sigues haciendo milagrosen los que sufren, a través de esta buena gente.
1. ¿Recuerdas a personas que dan su tiempo por los
demás, que no se jubilan, que se las arreglan paraestar activas en algún servicio apostólico? Pre-séntalas durante unos momentos al Señor. 2. ¿Qué personas de tu alrededor necesitan más
de tu cercanía y cariño? 3. Te invitamos a rezar con la comunidad o el gru-
po el Salmo 103. 4. Les puede ayudar, asimismo, el canto: María,
Madre del dolor. Dios en los indígenas "Nuestros pueblos, mayoritariamente indígenas, necesitan recuperar su dignidad de seres humanos" "Bienaventurados serán cuando les insulten y per-sigan. por Mí" (Mt 5,11-12) Todo refleja tu presencia por las calles, sus subi- das y sus planicies, sus montes y su gente, parece todosalido de la hermosura de tu mano. Y allí estás en esos rostros con rasgos fuertes, con coletas, con colores vis-tosos en sus trajes. Allí estás en la miseria de un pueblodespreciado, de un pueblo adolorido por ser lo que es;indígena. Estás en variedad de rostros, unos alegres, otrostristes, otros curtidos por el dolor y por el sol. Otros, deniños que empiezan la vida pero ya son mal vistos.
Y, Señor, debajo de otros rostros sigues Tú en esa misma presencia indígena. En esos rostros que quierenocultar sus raíces, pero no pueden pues están marcadasen el color, en la lengua, en todas sus expresiones. Túestás ahí, Señor, en ellos, reclamando aceptación y va-loración.
Pero también hoy te he visto en todos esos rostros que están defendiendo a los indígenas en los pozos pe-troleros, en el rescate de su lengua, en el rescate de sucultura, en la educación en su medio, en acompañarlesen la defensa de sus causas justas. En la aceptación desus raíces indígenas como dignidad de un pueblo libre.
Y Para orar
1. ¿Encuentras a Dios en este rostro muy frecuen-
te en nuestras calles? ¿Cómo se te presenta? 2. Vivir la espiritualidad apostólica requiere dar
pasos que comprometan tu vida.¿Qué pasos tepide Dios ahora? 3. Ora con el salmo 8, desde y con el corazón de
los indígenas. ¿Qué experimentas? 4. Canto: "Indígena" de Kairoi.
Lo que hiciste con. lo hiciste conmigo "El pobre, el niño, el joven y el Hermano de comunidad seconvierten a diario, para nosotros, en sacramentos vivosde Dios e interpelaciones del Espíritu". (EAM,19) "Tuve hambre y ustedes me alimentaron; tuve sedy ustedes me dieron de beber. Pasé como forasteroy ustedes me recibieron en su casa. Anduve sin ro-pas y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visi-tarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver." (Mt 25, 34-46). ¿Cuándo te vimos? Precisamente, cuando aten- dieron a uno de estos más pequeños, conmigo lo hi-cieron. Lo que hiciste con las madres que en plenacalle están con los pechos fuera amamantando a susniños y pidiendo caridad, lo has hecho conmigo. Loque hiciste con los niños y niñas que quemados porel sol se pasan todo el día vendiendo algún carameloy piden pan, lo hiciste conmigo. Lo que hiciste con elHermano que te pide que le acompañes al médicoporque se siente mal, lo hiciste conmigo. Lo que hi-ciste con los emigrantes que salieron el otro día enlas noticias y están indocumentados, lo hiciste con-migo. La sonrisa que compartiste el otro día con eltrabajador del colegio la tuviste conmigo. El alumnoque ayudó al compañero de clase que no entendía lasexplicaciones del profesor, lo hizo conmigo. Cuandovino la cocinera a pedirte que le dieras un adelanto,era yo quien te lo pedía. Cuando fuiste a comprar lareceta del empleado que te suplicaba por su esposaenferma en el hospital, lo hiciste conmigo. Cuandoescuchaste al profesor sus angustias por conseguir lonecesario para dar un techo a sus hijos, lo hiciste con-migo. Cuando acoges a los jóvenes con sus proble-mas familiares, lo haces conmigo.
Y hay tantas oportunidades por las calles de ser- virte, Señor, tantas oportunidades de encontrarte y dehacer algo por Ti.
Me invitas Señor en las calles a hacer realidad el servirte y amarte en el mundo.
Y Para orar
1. ¿Vives tu vida diaria en la clave de Mt. 25, 34-
36? ¿Qué te dificulta más vivir así? 2. ¿Qué situaciones te resultan más fácil vivirlas
en clave cristológica y cuáles te resultan másdifícil? Si estás orando en comunidad, o con ungrupo, comparte esta pregunta. 3. Te sugerimos orar con el Salmo: 27(26) y con el
canto:"Baja a Dios de las nubes". Ven, Señor Jesús "Ven, Señor, Jesús" (Apocalipsis 22,20) Es un rasgo que sale de la mezcla entre el ya de la
fe y el todavía no de la culminación.
Pero en una ciudad, la muerte queda relegada a es- pacios semiprohibidos; la muerte se oculta quizá por unaasepsia que evite preguntas; se vela y se tapa quizá parapoder no pensar en ella. La muerte apenas existe, por-que apenas se ve.
Apenas se ve, porque el corazón se cierra y los ojos no quieren admitir el verla en la prostituta que cada díavende su cuerpo en la calle o en los grandes moteles denuestras ciudades; porque no queremos ver los continuosaccidentes de tránsito que por negligencia y corrupciónse producen a diario ante nuestros ojos. Nos cerramos ala muerte que provoca la corrupción en los hospitales,en las cárceles; a la muerte de miles de niños y ancianosque tienen que mendigar cada día para no morir de ham-bre, a la muerte en la que están los drogadictos que tie-nen que robar o matar para saciar esta muerte cada día.
Desviamos la atención de la muerte de los que en su so-ledad se cuelgan de las vigas de su casa o son el blancode un tiro planificado; de la muerte de los que en su en-fermedad larga y penosa yacen solos en una cama dondeya no producen y por lo tanto son olvidados. Aquí esdonde mi Dios urbano se hace pequeño y sufriente, dondegrita en mi grito: ¡Ven Señor Jesús!, donde me contactacon mi pequeñez y con la cercanía de la muerte de la quemuchas veces desvío la mirada por el dolor que produce.
1. En tu contacto de hoy con la ciudad, ¿has perci-
bido algún signo de muerte? ¿Dicho signo teha conducido a Dios? 2. La muerte en la ciudad invita a encontrarse con
la propia realidad de la finitud, ¿cómo la expe-rimentas en tu vida? ¿Qué Dios surge para tien esa contemplación? 3. Para la oración en común te sugerimos el Cuarto
Cántico de Isaías (Is. 53) y el canto:"Ven Se-ñor Jesús", de Kairoi. De la mano de Esta sección nació en una reunión anual de la RED latinoamericana, en Guatemala. En aquel encuen-tro nos propusimos entregar a los Hermanos unos es-quemas de oración que combinaran la vuelta a los orí-genes maristas y su actualización en la realidad perso-nal, comunitaria y apostòlica de cada Hermano Siempre siguen el mismo esquema y tocan temas que tienen que ver con la consagración religiosa, el des-cubrimiento de Dios en el trabajo apostólico y en la co-munidad, la unificación de vida y la presencia de Dios. Quisimos responder con este esfuerzo a la petición formulada por el XIX Capítulo General en orden a «pro-mover talleres de oración que permitan mejorar la ora-ción personal y comunitaria, en clave de espiritualidadapostólica». (EAM,36) por Jesucristo «¿Quién podrá privarnos de ese amor de Jesucris-to? ¿Dificultades, angustias, persecuciones, ham-bre, desnudez, peligros, espada? (Rom 8,35) Colocar en lugar destacado un cuadro de Jesús con sus discípulos, o el poster de Goyo que representa al P.
Champagnat con sus obras.
Siempre hemos oído decir que los santos fueron unas personas apasionadas por Jesucristo. ¿Qué signifi-ca esto para nuestro apostolado? Vamos a orar y meditareste tema, iluminados por la Palabra de Dios y por elejemplo de San Marcelino, nuestro Fundador.
R Hecho de la vida de Champagnat
«Finalmente, el amor que profesaba a Jesucristo le inspiraba celo ardiente de su gloria y lo movía a exhor-tar y animar continuamente a los Hermanos a que cono-cieran y amaran al divino Salvador y lo dieran a conocery amar. En sus instrucciones volvía siempre sobre esteasunto.
Dar a conocer a Jesucristo, hacer amar a Jesucris- to, repetía continuamente, es el fin de su vocación, el findel Instituto. Si no trabajáramos en ello, nuestra Con-gregación sería inútil, y Dios le retiraría su ayuda. Insis-tan, pues, en los misterios y la vida de Nuestro Señor;hablen a menudo a los niños de sus virtudes y sufrimien-tos, del amor que les ha manifestado al morir en la cruzy de los tesoros de gracia que les ha dejado en los sacra-mentos». (Vida, 2ª parte, cap.6º, p. 341) A la luz de la EAM
«En nuestra inserción en el mundo, seguimos el ejemplo de Jesús que se hizo semejante a nosotros y quevivió en una unidad perfecta la fidelidad a la voluntadde su Padre y la entrega sin límites al hombre» (EAM,18).
v ¿Qué reacciones despierta en ti la Palabra de San Pablo a los Romanos? Preséntaselas a Jesús. v ¿Qué signos de amor a Dios detectas en tu vida apostólica? Alaba a Dios por el amor que tetiene. v ¿Cuán apasionada está tu comunidad por la persona de Jesucristo? ¿En qué lo notas? Pidepara que la pasión por El y por su Reino au-mente en tu comunidad. v ¿Qué hechos de la vida de Marcelino te impre- sionan más como demostraciones de su amor aJesucristo? v ¿Te recuerdas de algún Hermano que haya sido testimonio de un amor intenso a Jesucristo en el aposto-lado? Agradece el don de este Hermano.
Canto: Jesús es Verdad
JESUS ES LA VERDAD, LA LUZ,CAMINO Y VIDA, ES NUESTRO SEÑOR (bis). Tú que triste vas y en el dolorno hallas respuesta.
Tú que crees tenerrazón sin más.
Tú quieres gritar la libertadcomo respuesta.
Tú que al dejar de ser tú, ya no vesa dónde vas.
Tú piensas, quizá, que es falsedady nada cuenta.
Tú quieres vivirfeliz y en paz.
Tú quieres vender tu corazónpor poca cosa.
Tú que al sentir el amor puedes darmucho más.
Confianza en María «Hijo, ahí tienes a tu madre» (Jn 19,27) Preparar un camino con la imagen de Jesús en el final. A mitad de camino se coloca una imagen de Ma-ría. Al lado de ella, la palabra: CONFIANZA.
Coloquémonos en la presencia del Señor, con Ma- ría y el P. Champagnat. Después de un momento de si-lencio, expresémosle a María, una vez más, nuestra con-fianza filial.
A través de una lectura pausada y amorosa, entre- mos en el corazón de Champagnat.
R Hecho de la vida de Champagnat
"Tras los acontecimientos de 1830, como la Con- gregación no tenía el reconocimiento gubernativo, co-rrieron rumores de que iba a ser disuelta. Efectivamen-te, el prefecto de Loira, ya por haber recibido orden mi-nisterial, ya por dejarse llevar de las perversas inclina-ciones de su corazón y del odio que tenía a todo lo reli-gioso, estaba decidido a cerrar el noviciado.
En esta situación, en vez de asustarse y desanimar- se, el Padre Champagnat acude, como de costumbre, ala Santísima Virgen y le encomienda la comunidad. Ha-biendo reunido a los Hermanos, que ya empezaban ainquietarse, les dijo: "No se apuren por las amenazas, nitengan miedo ante el futuro; María, que nos ha reunidoen esta casa, no consentirá que seamos expulsados deella por la maldad de los hombres. Redoblemos nuestrafidelidad honrándola, mostrándonos auténticos hijos su-yos por la imitación de sus virtudes; reavivemos nues-tra confianza en ella; recordemos que es nuestro Recur-so ordinario. Para merecer su protección y alejar de no-sotros todo peligro, antes de la meditación, cantaremoscada mañana la Salve Regina." Fue la única precaución que adoptó. Y María, en quien había depositado toda su confianza, jamás lo aban-donó: el prefecto fue trasladado y nadie molestó a lacomunidad. Desde entonces se mantuvo la costumbrede cantar la Salve Regina y se convirtió en artículo deRegla " (Vida, 2ª parte, Cáp. 7, Pág.351-352).
A la luz de la espiritualidad
U apostólica Marista
«María nos sirve de ejemplo. Atenta a las necesi- dades de su pariente y en actitud de servicio, vive unaprofunda experiencia espiritual y por su mediación elEspíritu es comunicado a Isabel. Su Magnificat es unaexpresión maravillosa de unificación interior: experimen-ta a Dios en lo íntimo de su corazón y en el compromisocon la liberación de su pueblo» (EAM,21).
Y Para orar
Uno de los pilares de la espiritualidad de Marcelino fue la confianza en María, como manifestación de suprofunda confianza en Dios.
v ¿Cómo expresas tu confianza en María? v ¿Cómo sientes la presencia de María en tu vida? ¿Qué les debes a ella en tu vida? v Comparte con los Hermanos algo de lo que has reflexionado. Convídalos a alabar a Ma-ría. María, tú que eres nuestra Buena Madre y nuestra primera Superiora, escucha las súplicasque te dirigimos con las mismas palabras de tusiervo Marcelino Champagnat:"Esta obra estuya; tú nos has congregado, a pesar de las con-tradicciones del mundo, para procurar la gloriade tu divino Hijo; si no nos ayudas, perecere-mos; nos vamos a extinguir como lámpara sinaceite. Pero si perece esta obra, la que pereceno es nuestra obra, es la tuya. Tú lo has hechotodo entre nosotros; contamos, pues, contigo,con tu ayuda poderosa, y contaremos siemprecon ella". Amor a los pobres Colocar en lugar destacado fotografías de perso- nas pobres, enfermas, presas; ropa pobre, un plato conpan y una vela encendida.
Coloquémonos en la presencia de Dios. Abramos nuestro corazón y nuestros oídos para dejarnos tocar porel siguiente ejemplo de la vida de nuestro Fundador.
Hecho de vida de Champagnat
"Al llegar de coadjutor a La Valla, se encontró con que algunos padres, pobres y descuidados, dejaban a sushijos en completa ignorancia de las verdades religiosas,por no mandarles a la escuela ni al catecismo. Recogió aesos muchachos en casa de los Hermanos, y se encargóde alimentarlos y vestirlos.
El primer año recogió a doce; el número se incrementó en años sucesivos y recibió a cuantos cabían en la casa.
Sus obras de beneficencia no se limitaban a los niños; lle-gaban a todos los pobres de la parroquia: ninguno acudió aél sin verse socorrido. A unos les proporcionaba pan; a otros,ropa, vestidos. Hacía preparar alimentos apropiados paralos enfermos y mandaba a los Hermanos o a una personacaritativa para velarlos durante la noche.
Un día vinieron a llamarle para asistir a un enfer- mo. Acudió inmediatamente a visitarlo y encontró al des-dichado cubierto de úlceras, echado sobre pajas y consólo unos andrajos para cubrir su desnudez y sus llagas.
Movido a profunda compasión ante tanto sufrimiento ydesamparo, primero dirigió al enfermo unas palabras deconsuelo. Luego se apresuró a llamar al Hermano admi-nistrador y le ordenó que enviara inmediatamente un jer-gón, sábanas y mantas para el enfermo.
- Pero, Padre- le advirtió el Hermano-, no dispone- mos de ningún jergón en este momento.
- ¡Cómo!- repuso el Padre-, ¿que no hay un solo jer- gón en toda la casa? - Estoy seguro de que no queda ni uno. Recuerde que el último lo entregué hace pocos días.
- Pues vaya y tome el de mi cama, y lléveselo inme- diatamente a este pobre enfermo.
Eso de quitarse de lo suyo para socorrer a los po- bres o para dárselo a los Hermanos le ocurría con ciertafrecuencia" (Vida , 2ª parte, Cap. 21, Pág. 522). Y Para orar
v ¿Qué sentimientos y qué oración suscita en tu co- razón la actitud que el P. Champagnat tuvo conlos necesitados? v ¿Tiene algún parecido tu realidad con la de La Va- v Al leer el llamado del Mensaje del XIX Capítulo General y entrar en contacto con la vida del Fun-dador, ¿sientes alguna llamada especial? ¿A qué? v Toma conciencia de quiénes son tus amigos, re- cuerda a las personas que sientes más cercanas.
¿Cuántos pobres hay entre ellas? Reza por ellas ycon ellas.
Canto: Con vosotros está y no le conocéis.
CON VOSOTROS ESTÁY NO LE CONOCÉIS,CON VOSOTROS ESTÁ,SU NOMBRE ES EL SEÑOR. (bis) Su nombre es el Señory pasa hambre,y clama por la boca del hambriento,y muchos que lo ven pasan de largo,acaso por llegar temprano al templo.
Su nombre es el Señor y sed soportay está en quien de justiciava sediento,y muchos que lo ven pasan de largo,a veces ocupados en sus rezos.
San Marcelino Champagnat, ruega por nosotrosy por todos los que quieren imbuirse de tu co-razón para responder con generosidad y auda-cia a las necesidades de nuestros tiempos. Amén. Dios en el trabajo de cada día (Champagnat y la presencia de Dios)
Nos disponemos para encontrarnos con Dios, des- de la vida de nuestro amado Padre Champagnat.
Hecho de la vida de Champagnat
"En esas pláticas familiares descendía a los más pequeños detalles de las prácticas de piedad destinadasa santificar los actos ordinarios de cada día: "Queridos hermanos, les decía un domingo, nos encontramos en la época de las faenas más duras delcampo. Los días son largos; el calor, agobiante. Salen altrabajo muy de madrugada y no regresan hasta entradala noche. Se agotan, sudan todo el día. ¡Cuántos méritospueden acumular para el cielo! ¡Qué gratos pueden ser aDios y cuántas gracias pueden atraer con sólo santificaresos actos y trabajos! Y ¿qué tienen que hacer para eso?Ofrecérselo a Dios por la mañana; unir sus sufrimientosa los del Divino Salvador. Antes de iniciar la jornada, ysiempre que se acuerden a lo largo del día, ofrezcan aDios su trabajo diciendo: Dios mío, quiero realizar estoy soportarlo para hacer tu santísima voluntad, imitar aJesucristo, reparar mis pecados y merecer tu gracia; para que me concedas el paraíso y bendigas a mis hijos y acuanto me pertenece. Queridos hermanos, haciendo esto;sus trabajos se transformarán en oración continua; suspasos, acciones y sudores serán tenidos en cuenta y noquedarán sin recompensa.
Es evidente que el cuidado de ofrecer a Dios las acciones y los trabajos, no va a volver más penosa sutarea; al contrario, se les hará más llevadero el trabajo,pues lo hacen por amor de Dios. Y Dios, que es Padrebondadoso, les ayudará, confortará y consolará, les ben-decirá y concederá la prosperidad en este mundo. Y, so-bre todo, gozarán de paz espiritual y tendrán la firmeesperanza de que estos días azarosos serán seguidos deun descanso sin fin, y los sufrimientos pasajeros, recom-pensados con la eterna felicidad" (Vida, 1ª parte, Cap. 5º,Pág. 47-48). "Al observar un día que el Hermano encargado de la vigilancia de los internos, totalmente absorto en elrezo del oficio, les prestaba escasa atención, le llamó laatención diciéndole: - Hermano, no debe perder nunca de vista a los niños.
- Pero, Padre, si no guardo recogimiento, no puedo re- zar ni sacar provecho alguno del oficio.
- Su primer deber en este caso, replicó Champagnat, es velar por los niños para preservarlos del mal y con-servar su inocencia. Si lo cumple, su oración será mu-cho más meritoria y agradable a Dios – aunque debi-do a su obligación, esté distraído – que si, descui-dando este importante deber, la hiciera atentamente.
¿Sabe qué es sacar provecho de los ejercicios de pie-dad? Consiste en aprender en la oración a cumplirdebidamente con la obligación, practicar las virtu- des propias de su estado y comportarse adecuadamen-te. Por eso dice acertadamente San Agustín que quiensabe orar bien sabe vivir bien. Es decir, que sabe san-tificar todos los actos, cumplir con su deber por espí-ritu de fe y convertir cualquier trabajo en una ora-ción continua". (Vida, 1ª parte, Cap. 7º, Pág. 78-79). Y Para orar
v ¿Qué me llamó la atención del texto? v ¿Qué sentimiento ha surgido al encontrarme con el P. Champagnat desde el texto? v ¿El trabajo es realmente lugar de encuentro con Dios para mí? v Según Champagnat, ¿cuándo el trabajo se con- vierte realmente en oración: esto es, nos llevaa Dios y lo encontramos? A la luz de la espiritualidad
U apostólica Marista.
"Sentimos la llamada a encontrarnos con Dios en lo cotidiano. La búsqueda de su voluntad en el trato conlas personas, en las ocupaciones diarias, en las activida-des de la comunidad y en la fidelidad humilde de todoslos días, nos unifica en el amor." (EAM 27) v ¿En tu trabajo cotidiano encuentras a Dios con facilidad? ¿Qué dificultades encuentras para vi- vir esto que nos pide el Capítulo y que se expresaen la vida de Champagnat? v ¿Qué podrías hacer para imitar a Champagnat y vivir el Capítulo en este punto de la Espirituali-dad Apostólica? r Escribe una oración con lo que el tema te haya
r Comparte con tus hermanos algunos de los senti-
mientos o la oración misma.
Canto : En el taller de Nazaret.
En el taller de Nazaret,
pequeño y pobre taller,
en su labor está José
y el niño quiere aprender.
TRABAJA Y CANTALA ESPOSA DEL CARPINTERO;Y EL MUNDO ENTEROSONRIE Y CANTA TAMBIÉN. (bis) En el taller de Nazaret,pequeño y pobre taller,silencio y paz, amor y fe,Jesús, María y José.
En el taller de Nazaret,pequeño y pobre taller,verás a Dios jugar, crecer, orar y obedecer.
Encontrar, amar y servir a Dios en la escuela "No hay amor más grande que el que da la vidapor sus amigos" (Jn 15,13) La comunidad se traslada a una sala de clase para hacer allí la oración.
Se colocan en círculo tantos pupitres como Her- manos hay en la comunidad. Cada pupitre es arregladocomo si fuera un altar (un mantel, un florero.) Imaginémonos que el P. Champagnat ha visitado hoy nuestro colegio. Ha pasado por los cursos, ha salu-dado a los profesores, a los niños, a los auxiliares y ad-ministrativos. Al caer de la tarde, quiere compartir connosotros un momento de oración: nos habla y nos invitaa hacer de nuestro trabajo escolar una alabanza y un ser-vicio a Dios.
Hecho de vida de Champagnat
"Para un Hermano, el celo es la piedra filosofal, la alquimia que trasforma en oro todo lo que hace. Ense-ñan a los alumnos gramática, aritmética, geografía, di- bujo para tenerlos ocupados y preservarlos de las oca-siones de ofender a Dios; y lo hacen para atraerlos a laescuela, merecer su aprecio y formarlos más fácilmenteen la virtud. Pues bien, todo lo que hacen en la escuelales será tenido en cuenta en la eternidad: son otros tan-tos actos de virtud que están practicando. El celo queponen en llevar a los niños a Dios cambia en oro, esdecir, en actos de virtud, las acciones más ordinarias ycuanto hacen en clase.
La educación de la juventud no es un oficio, es un ministerio religioso y un auténtico apostolado. Se equi-vocan quienes consideran la clase como un oficio pesa-do y, si obran en consecuencia, realizan de modo profa-no una tarea muy meritoria y grata a Dios.
Para desempeñar debidamente esta tarea, que es participación en la misión de Jesucristo, hay que poseerel espíritu del divino Salvador y, como El, estar dispues-tos a dar la sangre y la vida por los niños". (Vida, cap. 23,2ª parte, p. 558) A la luz de la espiritualidad
U apostólica marista
"La acción apostólica lejos de entorpecer la unión con Dios, la favorece y la expresa (cf. C 7 )». (EAM, 20) v Reconócete como prolongación de Jesús en tu labor de educador. Jesús habla por tus labios. enseña. educa.
trasmite valores. alienta. Jesús ama a travésde ti. Sobre todo, esto: ama.
Contémplate así. Contémplale a El así. v Repasa tu día de hoy (o de ayer). Concéntrate en tus actividades escolares y pregúntate: - qué te ha producido alegría,- qué te ha producido pena, preocupación, des- - cómo ha estado Dios presente en tu labor es- - cómo has logrado encontrarle en las distintas v Comparte con tus Hermanos alguna de las res- v Con tus Hermanos, realiza este doble gesto: - Besa el pupitre como el sacerdote besa el altar.
El pupitre es lugar y testigo de la donación detu vida, por Dios, a los niños y a los jóvenes.
- Ponte en pie, al igual que tus Hermanos, y reza con ellos esta oración: Gracias, Jesús, por el regalo que nos has hecho de llamarnos al ministerio de la educación. Renovamos nuestro deseo de encontrarte, amar- te y servirte en cada uno de los niños y jóvenesque educamos. Canto: Venga tu Reino
Siglo tras siglo hay un clamor:es la inquietud del corazón.
Quiere sentir fraternidad,quiere vivir la libertad.
Señor, el Reino me empujóa construirlo aquí y por Ti,pero me siento pecadory en la impotencia te diré: VENGA TU REINO, VENGA TU REINO,VENGA TU REINO, SEÑOR, SEÑOR. Tú nos hablaste de un lugardonde el más débil puede hablar,donde es mirado con amor,pues Dios es Padre y lo hace ver.
Que lo que digo entre en míy que se encarne y me haga andar.
Que dé energía en mi voz,y que ese grito se haga oír.
Jesús, denuncias mi actitud.
Como un burgués te rechacé,en mis hermanos no te vi:ábreme pronto el corazón.
Venga tu Reino sobre mí.
Quiero olvidarme de mi yo.
Gastar mi vida como Túy solidario compartir.
Jesús nos confía lo que más ama "Cada vez que lo hicieron con un hermano mío deesos más humildes, lo hicieron conmigo" (Mt 25,40) Se coloca en el suelo un tapete. Encima de él, se ponen tantas candelas como Hermanos hay en la comu-nidad ; un cuadro del P. Champagnat y un florero.
Cada Hermano tendrá consigo unas tarjetas blan- cas y un plumón para escribir en el momento oportuno.
Una actitud y un texto de la vida de nuestro Padre Marcelino Champagnat van a animar nuestra oración co-munitaria de hoy. En ella vamos a tomar contacto conquienes nos rodean permanentemente: los niños. Quere-mos ver en ellos el rostro de Dios y sentir en sus vidasllamadas concretas suyas. Así nos lo ha enseñado nues-tro Padre Champagnat.
R Hecho de vida de Champagnat
"Nunca manifestaba tanta elocuencia y patetis- mo como cuando hablaba de la catequesis, de los me- dios de ganar a los niños para Dios y del bien que puederealizar un Hermano celoso. Hasta los más indiferentesy fríos quedaban impresionados y convencidos y se de-cidían a hacer mejor la catequesis.
«Queridos Hermanos – nos decía en cierta ocasión - ¡qué sublime es la misión de ustedes a los ojos de Dios!¡Dichosos de ustedes que han sido elegidos para una ta-rea tan noble! Están haciendo lo que hizo Jesucristo enla tierra: enseñan los mismos misterios y verdades. Ha-cen lo mismo que hicieron los apóstoles, los doctores dela Iglesia y los mayores santos. Tienen en sus manos elprecio de la sangre de Jesucristo».
Sus numerosos alumnos les deberán después de a Dios, su salvación. El divino Salvador les confía el cul-tivo de la más hermosa parcela de su Iglesia, la que másamó: ¡los niños! Los niños, sus predilectos; los niños, aquienes llamó y de quienes gustaba verse rodeado: ¡De-jen que los niños se acerquen a mí, porque de los queson como ellos es el reino de los cielos! Los niños, aquienes acarició y bendijo.
Educar a un niño, es decir, instruirlo en las verda- des religiosas, educarlo en la virtud y enseñarle a amar aDios, es una misión más sublime y digna que gobernarel mundo.Una catequesis bien dada vale más que las pe-nitencias más ásperas que puedan imponerles». (Vida, cap.
20, 2ª parte, p.508-509)
A la luz de la espiritualidad apostólica marista
"Vivimos y desarrollamos la espiritualidad en la entrega a los demás (cf. C7). El pobre, el niño y el Her-mano de comunidad se convierten a diario, para noso- tros, en sacramentos vivos de Dios e interpelaciones delEspíritu (cf. C 83). En el servicio a estos prójimos inte-gramos, como Jesús, el amor a Dios y al hermano, lacontemplación y el apostolado". (EAM, 19) Primer momento personal:
v Escucha como dichas a ti estas palabras de Cham- pagnat: "eres dichoso", "tu misión es sublime","haces lo mismo que Jesús", "tienes en tus manosel precio de la sangre de Jesús", "te confía lo quemás ama". Repítelas, rúmialas.
v Contempla y agradece.
v Deja que vengan a tu recuerdo rostros y nombres de niños concretos.
– Acógelos. ámalos. ámalos con el amor de Je-sús y de María. reza por ellos.
– Escribe el nombre de tres o cuatro y colócalossobre el tapete.
¿Sientes que Dios se te hace presente, de modo es-pecial, en algún niño concreto? (con la apariciónde algún sentimiento especial, de alguna llamada.)¿En quién? Segundo momento: compartir comunitario
v Comparte alguna de las vivencias del momento an- v Enciende una vela delante del nombre del niño a quien va a prestar especial atención durante el día y a quienva a ver como icono o sacramento de Dios.
Canto: Niño
A ti niño pequeño, Yo junto a ti estaré de limpio corazón, la escuela será hogar.
que tienes la esperanza Podremos aprender a abierta a un mundo a compartir nuestra de ilusión.
Comprendo que deseas Contigo soy feliz.
y pides sólo amor, Me aceptas como soy.
vivir en libertad, Hermano que transmites crecer en paz, sin opresión.
la riqueza que hay en ti.
SOY TU AMIGO, VEN; Descubro la bondad, QUIERO HABLARTE regalo del Señor.
AL CORAZÓN. Te das a los más pobres y a los niños sin amor.
LIBRES, SIN TEMOR. TOMA TU MIS MANOS,MI TIEMPO Y OCUPACION.
QUIERO SER TU HERMANO,A TU LADO ESTOY.
A ti, pequeño amigo,que lloras o que ríes,motivo de mi sery de vivir sirviendo a Dios.
Para educar hay que amar «Al ver esto, Jesús se enojó y les dijo: «Dejen quelos niños se acerquen a Mí y no se lo impidan, por-que el Reino de Dios pertenece a los que son comoellos» (Mc 10,14). A los pies de San Marcelino colocar una serie de útiles escolares, elementos deportivos, distintivos, etc.
de uso común para niños y jóvenes que acuden a las es-cuelas maristas: libros, carpetas, blocks, marcadores .;balones, raquetas, patines.; escudos de pertenencia alcolegio, al grupo .; nombres y/o fotografías de alumnos.
La contemplación orante de los hechos de la vida de San Marcelino nos lleva al encuentro con Dios, conlos niños, los jóvenes y con el fundamento de nuestroser. De lo vivido sacaba las mejores enseñanzas para sushijos. Y podemos pensar que en la base de la fundaciónde los hermanitos de María hay algunas experiencias muyduras vividas por Champagnat, sin las cuales, difícilmen-te hubiera podido realizar su obra.
Hecho de la vida de Champagnat
«Su madre y su tía apenas consiguieron enseñarle Por eso lo mandaron a la escuela para que el maes- tro le ayudase a perfeccionar su lectura y le enseñara aescribir. El primer día de clase, el maestro lo llamó a sulado para que leyera. Como era muy tímido y no salíadel puesto que le habían asignado, otro niño más avispa-do se le adelantó. Entonces el maestro, malhumorado, ytal vez también para congraciarse con Marcelino, dio unbofetón al intruso que pretendía leer antes que él y lomandó sollozando al fondo del aula. Aquel método noera el más apropiado para dar seguridad al recién llega-do y sacarle de su timidez. Más tarde afirmaría que lle-gó a temblar y que tuvo más ganas de llorar que de leer.
Su espíritu juicioso se rebeló contra aquella muestra debrutalidad y se dijo: «no volveré a la escuela de un maes-tro así. El castigo que sin razón ha aplicado a ese chicome da a entender qué puedo esperar de él. En cualquiermomento hará lo mismo conmigo. Así que no quiero nisus lecciones ni menos aún sus castigos». A pesar de losruegos de sus padres, se negó a volver a la escuela».
(Vida, Cap. I, p.5-6) A la luz de la espiritualidad apostólica marista
«Vivimos la presencia entre los jóvenes, tan reco-mendada por el Fundador, como lugar de encuen-tro con Dios (cf C 81)». (EAM 20) Para orar
v Contemplo la primera experiencia escolar de Marcelino y me pregunto: ¿Cómo le afectó y quéexpresión le fue dando con el tiempo? ¿Cómosupero las dificultades en mi misión marista?¿Qué me pide mi misión como Hermano hoy? v ¿Estoy entre los niños y jóvenes como un Her- mano de todos, alegre, acogedor, respetuoso.,o distante? ¿De qué pienso que tendría que pe-dir perdón? ¿Cómo imagino que soy visto porlos niños y jóvenes? v ¿Cómo expreso el amor a los niños y jóvenes que quería Champagnat? ¿Quiénes son los quemás necesitan mi ayuda y comprensión? ¿Quémotiva más mi oración? Canto: Donde haya un niño (kairoi)
Oh Señor, quisiera decirtelo que siento en mí;hoy mi alma quiere pedirteun amor sin fin.
Donde haya un niño,quiero hablarle de Ti;fue mi Padre Marcelinoquien me lo enseñó así.
Una sonrisa humilde,sincera y de paz,es tu palabra vivaque se hace realidad.
UNA LAGRIMA, LA DE UN NIÑO,UN LAMENTO A ESCUCHAR,UN HERMANO, UN AMIGO,UNA VIDA QUE SE DA. Oh María, mi buena Madre,vives junto a mí;hoy quisiera agradecerteel haber dicho SI.
Donde haya un niño,quiero hablarle de ti;fue mi Padre Marcelinoquien me lo enseñó así.
Una fe inquebrantable,la confianza en el luchar.
Fue tu ejemplo su caminouna escuela de verdad.
Una vida que se da «Por tanto, el que se salte uno solo de esos pre-ceptos mínimos y lo enseñe así a la gente, será de-clarado mínimo en el Reino de Dios; en cambio, elque los cumpla y enseñe, ése será declarado gran-de en el Reino de Dios» (Mt 5,19) Una estampa de Jesucristo con la siguiente frase: ESTE ES JESUCRISTO. Al lado, figuras de niños y jó-venes pobres con la siguiente frase: ESTOS TAMBIEN.
El Padre Champagnat nos recuerda que amar a Dios y darle a conocer y amar es la finalidad de nuestra voca-ción. (Cf Vida, p.458).
Hemos sido invitados a pasar un rato con el Señor, rezando y profundizando en su compañía nuestro com-promiso de «ser apóstoles de la juventud».
R Hecho de la vida de Champagnat
" ¡Qué importante es su trabajo y qué sublime! Es- tán continuamente con aquellos de los que Jesús hacíasus delicias, ya que prohibía expresamente a sus discí- pulos impedir a los niños acercarse a Él. Y ustedes, miquerido amigo, no solamente no quieren impedírselo,sino que hacen todo lo posible para llevarlos a Él. ¡Oh!Qué bien recibidos serán por este divino maestro, estemaestro generoso que no deja sin recompensa un vasode agua fresca.
Digan a sus niños que Jesús y María los quieren mucho a todos: a los que son buenos porque se pare-cen a Jesucristo, que es infinitamente bueno; a losque aún no lo son, porque llegarán a serlo. Que laSantísima Virgen los quiere también, porque es laMadre de todos los niños que están en nuestras es-cuelas.
Díganles asimismo que yo los quiero mucho, que nunca subo al santo altar sin pensar en ustedes y ensus queridos niños.¡Cuánto me gustaría tener la di-cha de enseñar, de consagrar de una manera más di-recta mis desvelos en formar a estos tiernos niños!"(Crónicas Maristas, V, carta a H.Bartolomé, 14, Pág. 74) A la luz de la espiritualidada
U apstólica marista
"El Padre amó al mundo de tal manera que le entregó su Hijo. En su infinito amor, continúa apa-sionado por el hombre y el mundo de hoy con susdramas y esperanzas. Suscita en nosotros, como don,el que nos responsabilicemos ante sus problemas, elque acojamos sus desafíos, el que intentemos respon-der, en obediencia, desde nuestra misión, a las nece-sidades que en ellos encontramos" (EAM,13).
v Ora, repitiendo en tu interior esta frase: ¡Qué grande y sublime es el trabajo que ustedes rea-lizan! v ¿Cuánto tiempo dedico al apostolado? ¿Cómo podría calificar a mi donación? v ¿Qué motivaciones dominan en mi acción apos- v Comparte algún hecho del día o de los días an- teriores referidos a tu quehacer apostólico. v Al final, se termina con una oración surgida a partir del compartir. Canto: Hermano entre los hombres
Siento tu llamada, me seduces Tú, Señor.
Este don lo acepto con amor.
Quieres que sea un hombre sembradorde la verdad.
Para el que te busca y no es feliz.
Hermano de todos, quiero abrir mi corazón,y con todo el mundo compartir.
Llevar esperanza y llevar amor,ser hombre de paz.
QUIERO ANUNCIARTE A TI, SEÑOR,CON MI MODO DE VIVIR.
SER UN TESTIGO DE TU AMOR,
VIVIENDO EN FIDELIDAD.
NO ME DEJES MADRE EN MI CAMINAR,LLÉVAME A JESÚS.
TU ME CONOCES, OH SEÑOR,SABES MI LIMITACIÓN,PERO MIS MANOS AQUÍ ESTÁNDISPONIBLES PARA TI.
SÉ QUE NO ME DEJASVIVES JUNTO A MÍYO TE SEGUIRE.
Donde haya un joven,yo también quiero vivir;compartir mi vida en sencillez.
Ser signo alegre de evangelio y amistadjunto a aquél que está en necesidad.
María me inspira el modelo a seguiry en silencio vive junto a mí.
Sé que su presencia no me faltarápara caminar.
Un Dios compasivo «Y Jesús lloró. Los judíos dijeron: «¡Cómo lo ama-ba»». (Jn 5,35.36). Un centro motivador discretamente iluminado; el resto con luz tenue. En el piso, sobre un tapete y alrede-dor de una imagen de San Marcelino y de La BuenaMadre, imágenes de situaciones de pobreza, injusticia,enfermedad, ignorancia, opresión. Una lámpara de acei-te encendida, signo de fidelidad y de presencia del Se-ñor.
Para nosotros sus hijos, la vida de S. Marcelino está llena de sentimientos de Dios. Su alma de apóstolincansable sigue inclinándose sobre tantos jóvenesMontagne moribundos para conducirlos a Dios. Y nosurge a ser más sensibles a los Montagne, niños y jóve-nes de hoy, excluidos de la fiesta de la vida. Y nos llamacon su santidad a ser más audaces y esperanzados ennuestra vocación y misión de Hermanos Maristas.
Hecho de la vida de Champagnat
«Un día lo llamaron para confesar a un niño en- fermo y se puso inmediatamente en camino. Antes deconfesar al muchacho, le hizo algunas preguntas parasaber si tenía las disposiciones necesarias para recibirlos sacramentos. ¡Cuál no fue su sorpresa al comprobarque ignoraba los principales misterios y que ni siquieratenía noción de la existencia de Dios! Profundamenteafligido al encontrar a un niño de doce años en tan abso-luta ignorancia, y asustado al verlo morir en esta situa-ción, se sentó a su lado para enseñarle las verdades y losmisterios fundamentales de la salvación. Dos horas em-pleó en instruirlo y confesarlo y sólo con gran esfuerzoconsiguió enseñarle lo indispensable,. Después de con-fesarlo. lo dejó para atender a otro enfermo. Al regre-sar, quiso saber cómo se encontraba el muchacho. «Fa-lleció poco después de dejarlo usted», dijeron sus pa-dres.
Un sentimiento de alegría por haber llegado tan oportunamente se mezcló en su alma con otro de temoral comprobar el peligro que había corrido el pobre chicoal que acababa de librar quizá de perderse. Regresó em-bebido en estos pensamientos y repitiendo en su inte-rior: ¡Cuántos niños se encontrarán a diario en la mismasituación y correrán los mismos riesgos por no tener anadie que les enseñe las verdades de la fe!». Y la idea defundar una Sociedad de Hermanos, dedicados a impedireste peligro por medio de la educación cristiana, se hizoen él tan obsesiva que fue a buscar a .Juan María Granjony le expuso sus planes».
(Vida , 1ª parte, Cap. VI, p. 60-61). A la luz de la espiritualidad apostólica marista
«El Padre amó al mundo de tal manera que le en- tregó su Hijo. En su infinito amor, continúa apasionadopor el hombre y el mundo de hoy con sus dramas y espe-ranzas. Suscita en nosotros, como don, el que nos respon-sabilicemos de ellos, el que nos sensibilicemos ante susproblemas, el que acojamos sus desafíos, el que intente-mos responder, en obediencia, desde nuestra misión, alas necesidades que en ellos encontramos." (EAM 13) v ¿Cuáles son los Montagne de hoy que se cru- zan en mi vida diaria, tirados en la vida, enfer-mos, excluidos, abandonados, sin esperanza,cerca de la muerte.? ¿Qué sentimientos surgen en mí ante tantas si- tuaciones de injusticia, pobreza, marginación?¿Cómo miro el mundo? ¿Cómo es mi amor apa-sionado? ¿Cómo lo expreso? v ¿Trato de descubrir las causas profundas de esta v ¿Qué me dice Dios sobre esto con la vida de San Marcelino? v ¿Cómo trato de re-leer el carisma marista, mi- rar con ojos de Champagnat, apropiarme de sucorazón? v ¿Qué puedo decirles de corazón a estos Mon- tagne, a mis Hermanos y al Señor, con mi estilode vida? Canto: En los ojos de un muchacho (Kairoi)
Nuestra historia comenzóen los ojos de un muchachoabandonado,que, enfrentándose a la muerte,conmovió su corazón.
En el lecho del dolorfuiste su último consuelo y dijiste:Cuántos niños moriránsin saber que Dios les ama!Cuántos niños moriránsin sentir una mirada! NECESITAMOSHERMANOS, HERMANOSJUNTO AL JOVEN, JUNTO AL NIÑOCOMPARTIENDO SU AMISTAD.
NECESITAMOSHERMANOS, HERMANOSLOS MÁS POBRES NOS ESPERAN.
HOY TAMBIEN ES REALIDAD
Nuestra historia sigue hoyen los ojos de otros niñosmarginadosque reclaman un amigoque les ame de verdad.
El milagro es escucharestas voces apagadas y servirlescon un amplio corazón,siendo hermano entre los pobrescon un amplio corazón,respondiendo a sus llamadas.
El corazón de la comunidad marista "Le insistieron, diciéndole: Quédate con nosotros,porque cae la tarde y se termina el día. Entró en-tonces para quedarse con ellos.". Ubicar en el centro de la capilla el copón o la cus- todia junto a un cuadro de Marcelino; mantener la pe-numbra iluminando con algunas velas la parte central.
La comunidad se sentará alrededor como en familia.
Marcelino nos dejó como herencia un "primer pues- to": junto al altar.
El oratorio de nuestra comunidad, por esta presen- cia tan significativa de Jesús, queremos que sea el "co-razón de la comunidad" en donde se fragüen los sueñosfraternos, las ilusiones apostólicas, las ansias del Rei-no. Y donde "quememos" nuestros mejores momentos.
Hecho de vida de Champagnat
"Le gustaba manifestar su amor a Jesucristo de modo especial en el Stmo. Sacramento del Altar. Tan viva era su fe en la presencia real que se diría veía cara a caraa nuestro Señor en este inefable misterio.
Por nosotros, advertía a los Hermanos, y para que podamos acudir a Él en todas nuestras necesidades, per-manece el divino Salvador día y noche en nuestros alta-res. Y nada aflige tanto a su divino corazón como nues-tra ingratitud ante tal regalo y nuestra apatía en visitar-lo.
Cuando el padre Champagnat tenía que resolver algún asunto complicado o sufría alguna contradicción,o cuando acontecía algo desagradable, Jesús Sacramen-tado era su refugio. A sus pies examinaba lo que teníaque hacer, y nunca tomaba decisión alguna, por muy in-significante que fuera, sin habérsela encomendado".
(Vida, 2ª parte, Cap. 6º, Pág. 332, 34 y 335) A la luz de la espiritualidad apostólica marista
"Nos apasiona Jesús y su evangelio. Él es la razón de ser de cuanto hacemos. Mantenemos una relación vi-tal y profunda con Él en los sacramentos, en la oraciónpersonal y comunitaria y en la acción apostólica." ( Doc.
E.A.M. 15)
r Personal (silencio contemplativo)
v ¿Qué significa para mí, como experiencia vital, ocupar el primer lugar junto al Sagrario? v ¿Es Jesús, que habita sacramentalmente bajo mismo techo, el que dinamiza mi vida deconsagrado? v ¿Con qué periodicidad me entrego a la oración personal ante el Sagrario? Celebramos la presencia de Jesús en nuestra casarecorriendo los diversos ámbitos donde sedesarrolla la vida comunitaria (comedor, sala deestar, dormitorios.) como en procesión con elSantísimo haciendo oración participativa en cadaestación, significando el espacio comunitariocorrespondiente. Canto: En torno al pan (Kairoi)
LAS FUERZAS SE REHACEN EN LA MESASE OLVIDAN LOS SILENCIOS SIN RAZÓNSE ESCUCHA UNA NUEVA PALABRACON LA MIRADA EN TORNO AL PAN.
EN TORNO A EL.
Una mesa que no tenga horarios;mesas amplias, con mucho lugar.
Platos llenos de gran confianzacompartiendo el calor del hogar.
Que la mesa reúna ilusionesy detalle de un mismo vivir.
El sabor del encuentro y la fiesta,crecerá como masa de pan.
En la mesa vivamos sin prisacada gesto de hermano y su fe;que la mesa serene las penas,fortalezca los cuerpos y el dar.
En la mesa busquemos descansoy un resquicio de tiempo y un tú;de aquel tiempo gratuito que empujaa llevar a los hombres la paz.
. VIVIR EN TORNO A EL. Mis hermanos me hablan de Dios «Como tú, Padre, en Mí y yo en Ti, que ellos tam-bién sean uno en nosotros, para que el mundo creaque Tú me has enviado.» (Juan 17,21) Se colocan en el altar o en un lugar visible distin- tos rostros del Padre Champagnat, y debajo de cada unode ellos el nombre de cada uno de los Hermanos de co-munidad.
El Padre Champagnat fundó a los Hermanos para que respondamos a la llamada de Cristo por la voluntadde vivir unidos en una comunidad de consagrados. Esen comunidad donde somos testigos del amor de Dioshacia nosotros, es en este lugar de intercambio y creci-miento donde encontramos a Dios en el cotidiano.
R Hecho de vida de Champagnat
Circular para desear feliz año a los hermanos, el1 de enero de 1837: «Carísimos. Muy amados, muy queridos herma- nos: Amémonos unos a otros. En este inicio del año, no podría emplear otro lenguaje más conforme con mis gustos y mis afectos;si interrogo a mi corazón, a mis sentimientos, a lapena que me causa la más pequeña de sus desgra-cias, a sus dificultades que son las mías, a los veinteaños de preocupación, todo ello me responde quepuedo con atrevimiento y sin temor dirigirles las pa-labras que el discípulo amado pone al principio detodas sus cartas: «Amadísimos, amémonos unos aotros, porque la caridad viene de Dios» . Los deseos y los votos que formulo al principio de este año son muy diferentes de los que el mundose esfuerza por expresar con lenguaje engañoso:abundancia de bienes, honores, placeres que el co-razón nunca disfruta, esto es lo que el mundo desea.
Por mi parte, carísimos, cada día que subo al altarsanto, suplico a nuestro divino maestro se digne de-rramar sobre todos sus gracias y bendiciones másabundantes, que los ayude a huir del pecado, comodel único mal que hay que temer, que allane el cami-no de las virtudes propias de todo religioso, sobretodo, de los hijos de María.
Adiós, queridísimos, amadísimos. Tengo el honor de ser su afectísimo padre en Jesús y María.» Champagnat. (Crónicas Maristas, V, Carta 79, Pág. 222-223) A la luz de la espiritualidad apostólica marista
"Nos sentimos llamados a ver en la comunidad, como familia unida en el nombre del Señor, una reali-dad teologal; espacio en donde la experiencia de Diospuede alcanzar su plenitud y comunicarse a los demás"(EAM 30) En un primer momento, me dejo iluminar por los textos y luego reflexiono.
v Recuerdo los momentos en que en mi vida co- munitaria (anteriores y actual) he visto clara-mente la presencia de Dios. v ¿Cómo experimento que la caridad en mi co- munidad viene de Dios? v ¿Qué rasgo del amor del Padre Champagnat a sus hermanos me siento llamado a vivir hoy?¿Por qué? v Me uno con cada uno de mis Hermanos y los pongo en manos de Dios. v Le hablo sobre sus angustias, sus alegrías, sus fracasos, sus miedos, su apostolado. v Descubro el rostro de Dios en su rostro (Com- parto con mis Hermanos) v Tomados de las manos oramos el Padre Nuestro.
Señor Jesús,Tú viviste en una familia feliz.
Haz de esta casa una morada de tu presencia,un hogar cálido y dichoso.
Venga la tranquilidad a todos nosotros,la serenidad a nuestros nervios,la salud a nuestros cuerpos.
Que todos seamos y nos sintamos amados.
Inunda, Señor, el corazón de todosde paciencia y comprensióny de una generosidad sin límites.
Extiende, Señor Dios, un toldo de amorpara cobijar y refrescar, calentar y madurara todos los hijos de esta tu casa;para que así vivamos una realidadque nace y va hacia Ti. Que la alegría brille en los ojos,la confianza abra todas las puertas,la dicha resplandezca como un sol,sea la paz la reina de esta comunidady el experimentarte su sólido fundamento. Te lo pedimos a Ti que viviste felizen el hogar de Nazaret junto a María yJosé. Amén Canto: Amaos
COMO EL PADRE ME AMÓ,YO OS HE AMADO,PERMANECED EN MI AMOR. Si guardáis mis palabrasy como hermanos os amáis,compartiréis con alegríael don de la fraternidad.
Si os ponéis en caminosirviendo siempre la verdad,frutos daréis en abundancia,mi amor se manifestará.
No veréis amor tan grandecomo aquél que os mostré.
Yo doy la vida por vosotros:amad como Yo os amé.
Si hacéis lo que os mandoy os queréis de corazón,compartiréis mi pleno gozode amar como El me amó.
El apostolado fuente de espiritualidad "En aquel momento, con la alegría del EspírituSanto, exclamó:"Bendito seas, Padre, Señor decielo y tierra, porque, si has ocultado estas cosasa los sabios y entendidos, se las has revelado a lagente sencilla. Sí, Padre, bendito seas por haberteparecido eso bien". (Lc 10,21) Colocar en el suelo distintos recortes o fotos con realidades que recuerden las distintas situaciones en lasque los Hermanos y laicos se desenvuelven en el apos-tolado, en distintas partes del mundo.
Contar también con hojas y lápices para hacer un A la luz de la espiritualidad apostólica marista
"Vivimos la presencia entre los jóvenes, tan reco- mendada por el Fundador, como lugar de encuentro conDios (cf C 81). La acción apostólica, así entendida, lejosde entorpecer la unión con El, la favorece y la expresa(cf C 7)." (EAM,20) Hecho de vida de Champagnat
" Aquella fuerza y energía que hacían tan patéticas sus instrucciones y le ganaban la atención de unos oyen-tes que lo escuchaban embelesados, procedía de su fe.
Tan impregnado estaba de ella, con tal convicción ha-blaba de las verdades religiosas, que se podría pensarque las veía con sus ojos y las palpaba con sus manos.
En la conversación y en las entrevistas personales con los Hermanos, se le escapaban a menudo exclama-ciones y anhelos profundos, fruto de su fe viva, que ibandirectos al corazón y producían impresiones imborrables.
Del espíritu de fe nacía en nuestro piadoso Funda- dor el celo por la gloria de Dios y santificación de lasalmas que lo consumían, el gran amor que profesaba alos niños.
Los Hermanos que lo acompañaron en sus viajes, le oyeron exclamar muchas veces al encontrarse con unniño: "Ahí tienen un alma creada a imagen de Dios, res-catada por la sangre de Jesucristo, destinada a la felici-dad eterna". Esta fe le llenaba de una generosidad que lellevaba a superar los obstáculos".
v Recuerda hechos del Evangelio en los que Je- sús, a partir del apostolado, vivió una relaciónmás íntima con su Padre. Reza con esos hechos. v Recuerda y ora algún hecho relacionado con tu acción apostólica que fue para ti fuente de unaespecial experiencia de Dios. v Haz un dibujo que muestre la mutua dependen- cia que existe entre la espiritualidad y la ac-ción apostólica. Reza con ese dibujo. Canto: Cortó la roca.
Cortó la roca,hizo hermanos, levantando una casa,una familia de trabajo y alabanza,con el ejemplo construyó fraternidad.
Pero fue Diosel que vivía en el cuerpo de este hombreel que escuchaba, sonreíay daba fuerzas para amar.
Porque el hombre sin Dios,no es dueño de sí mismo.
Porque el hombre sin Dios,conoce la derrota.
Y es que el hombre sin Dios,no puede caminar.
Corrió los montes,probó el cansancio y el sabor de los sudores,el aldeano recibió sus bendiciones,le dió su cama y él durmió en el portal.
Pero fue Diosel que alumbraba el corazón de este hombrey mantenía su esperanza por el pobre sin hogar.
Confianza en Dios R Hecho de vida de Champagnat
"Recuperado ya de la enfermedad que tuvo en 1825, al enterarse de que los Hermanos se habían des-animado por este motivo y que, incluso varios habíanpensado retirarse, y que todos daban por seguro el fra-caso de la congregación si tenían la desgracia de perder-lo, se quedó sorprendido y apenado por esa falta de con-fianza en Dios. Reunió a la comunidad y se lo reprochócon dureza: "Queridos Hermanos, ¿cuándo vamos a tener sen- timientos dignos de Dios? ¿Acaso no nos ha dado mues-tras suficientes de su bondad como para que nos fiemosde su Providencia y nos abandonemos en sus manos?¿Nos ha dejado tal vez carecer de algo al sacarnos delmundo? ¿No ha sido Él quien ha fundado el Instituto,quien nos proporcionó los medios para construir estacasa, quien nos ha multiplicado y bendecido nuestras es-cuelas? ¿Alguno de ustedes puede levantarse diciendoque Dios ha dejado de ayudarle desde que se entregó aÉl? Si nadie puede quejarse de su bondad, ¿por qué va-mos a retirarle nuestra confianza cuando nos somete a laprueba? ¿Por qué vamos a temer por nuestro futuro? ¿Porqué dudar del porvenir de nuestra congregación y pen-sar que, si Dios hubiera retirado el instrumento de quese ha valido para guiarla, iba a verse condenada al fraca- so? Esta comunidad es obra suya, Él la ha fundado; nonecesita de nadie para sostenerla, y la sacará adelantesin los hombres y a pesar de los hombres. No olvidemosnunca: Dios no tiene necesidad de nosotros ni de nadie.
Si nuestros sentimientos e ideas son terrenos, acabare-mos por desinteresarnos del Instituto y perder nuestravocación; otros ocuparán nuestro puesto; Dios los ben-decirá, porque serán más fieles, y con ellos proseguiráDios su obra". (Vida, 2ª parte, cap. 3º, pp.300-301) v ¿Qué sentimientos te produce la lectura de este párrafo de la vida de Nuestro Fundador? v ¿Cómo crees que anda, en tu comunidad esta confianza en Dios?… ¿Qué manifestaciones yexpresiones concretas descubres, de confianzaen Dios? v Recuerda algún momento en tu vida en que ha- yas tenido la misma confianza y sensación queMarcelino frente a Dios… v ¿Cómo anda tu confianza en Dios?¿A qué te Haz una ORACIÓN de confianza
en Dios Providente y amoroso.

v Comparte con tus hermanos en oración algu- nas de las reflexiones o la misma oración quehas escrito. NADA TE TURBENADA TE ESPANTE,QUIEN A DIOS TIENENADA LE FALTA,NADA TE TURBENADA TE ESPANTE:SOLO DIOS BASTA. (3 veces) El punto capital «De madrugada, cuando todavía estaba muy os-
curo Jesús se levantó, salió y fue a un lugar solita-
rio y se puso a hacer oración.»

(Marcos 1,35) Cada Hermano tiene una estampa de Marcelino en postura de oración. Se deja un tiempo para identificarsecon los sentimientos de nuestro Fundador.
Sabemos que Marcelino durante su vida tuvo una actividad desbordante: sacerdote, fundador, «ingeniero»,«obrero», «abogado». , pero todo eso le motiva a estarunido a Dios en la oración. Concretamente reza sin ce-sar en las preocupaciones y trabajos, todo se lo enco-mienda a Dios y no tiene dificultad en recogerse y man-tenerse en oración tanto en las calles de París como enlos bosques del Hermitage Hecho de vida de Champagnat
V.J.M.J. Nuestra Señora del Hermitage, 19 de Marzo de 1837. "Muy querido Hno. Eutimio: Estoy muy contento por su cartita. Tenga áni- mo, querido hermano, Jesús y María serán su recom-pensa; en las tentaciones, llámelos en su ayuda, nun-ca permitirán que sucumba. Trate de hacer bien lameditación; es algo muy importante en la vida de unreligioso. Le aseguro que respondo de su salvación sies usted fiel en hacer bien la meditación. Piense también lo importante que es la clase de los pequeños; de usted depende formar en la reli-gión a todos los niños de su clase; de usted dependeabrirles o cerrarles el cielo. Propóngase, pues, comometa, querido amigo, edificarlos, rezar por ellos,imprimir intensamente el amor de Dios en su tiernocorazón. Rece todos los días antes de comenzar laclase tres avemarías. Adiós; le dejo en los Sagrados Corazones de Jesús y de María". Champagnat. (Crónicas maristas, V, Carta 102, p. 257) A la luz de la espiritualidad apostólica marista
"Nos sentimos llamados a una oración renovada.
Abierta a la realidad de la creación y de la historia, ecode una vida solidaria con los Hermanos, sobre todo conlos pobres y con los que sufren. Una oración apostólicaque recoge las penas y alegrías, las angustias y esperan-zas de quien pone Dios en nuestro camino." (EAM 26) En un primer momento, me dejo iluminar por los textos y luego reflexiono.
v ¿Qué lugar ocupa la oración en mi vida?v ¿Cómo alimenta ella mi apostolado? v ¿Recurro en mis dificultades a Jesús y María? v ¿Cómo ayudo a mis alumnos a vivir el amor de v ¿Mi oración me lleva a ser solidario, a estar atento a las necesidades de los demás? – Ahora recuerdo de modo especial a algún niñoo situación de mi trabajo y se lo dejo en manos deDios.
– Comparto con mis Hermanos Canto: Enséñanos a orar
SEÑOR , ENSÉÑANOS A ORARA ORAR CON NUESTRO PADRE DIOSSEÑOR , ENSÉÑANOS A ORARA ABRIR LAS MANOS ANTE TI Orar con limpio corazón,orar hablándote de Ti que solo cante para Ti,de tu silencio y de tu voz con la mirada puesta en TI,de tu presencia que es calordejando que hables Señor,dejarnos descubrir por Ti.
Orar buscando la verdad.
Orar, también, en sequedad,cerrar los ojos para ver,las manos en tu hombro, Señor.
Dejarnos seducir Señor.
Mirarte con sinceridad.
Andar por tus huellas de paz.
Aquí nos tienes, háblanos.
es una historia de Dios «Yo, el Señor, te he llamado, te he cogido de lamano y te he formado.» (Is 42,6) Solicitar a los Hermanos que traigan fotos de la familia. Si ello fuera difícil, reemplazarlo porque cadaHermano escriba en una hoja su nombre y el de sus fa-miliares. Colocar todo alrededor de la cruz, en el piso,sobre un mantel. No es fácil hacer de la vida una oración, pero lo- grarlo es fundamental. En este momento, vamos a hacerla experiencia de sentirnos como don de Dios, de sentirque nuestra historia personal es una historia de fideli-dad, sentir que todo es gracia. Miremos para atrás y des-cubramos cómo esta nuestra historia ha sido habitadapor Dios, sustentada por El, construida y conducida pasoa paso por su gracia. Contemplar y aceptar la propia his-toria como historia de Dios es condición necesaria parapoder ser «contemplativos en la acción».
R Hecho de vida de Champagnat
«No se extrañen, decía, de que insista continua- mente en el mismo punto, porque es el más importante,lo es todo. En efecto, lo propio del hombre es la debili-dad, la miseria, la nada. Nada tiene, nada puede sin laayuda de Dios. Nuestra flaqueza, nuestras necesidadespermanentes son otros tantos motivos que deben condu-cirnos a poner en Dios nuestra esperanza. Pero hay unarazón aún más poderosa para infundirnos confianza ili-mitada: el grado de esperanza es la medida de las gra-cias que vamos a recibir; gracias que Dios nos da siem-pre en proporción a la confianza que en él depositamos.
El nos dice como a los israelitas: Todo lo que pisen suspies es de ustedes (Dt 11,24), es decir, les daré todo lo queesperen de mi bondad. Si esperan fuerza para luchar con-tra las pasiones, para corregir los defectos y triunfar detodos sus enemigos, la tendrán; si esperan de mí la vir-tud, se la daré; si desean éxito en las empresas, se loconcederé. Confíen en Mí: seré su protector, su amigo,su padre. Bendeciré sus pasos, colmaré sus deseos, lesotorgaré los dones materiales que necesiten, los bienesde la gracia y los de la gloria; en una palabra, confíen enMí, saquen de Mí todos los favores y mercedes que de-seen» (Vida, 2ªparte, cap.3º, pp.299-300). A la luz de la espiritualidad
« Su Magnificat es una expresión maravillosa de
unificación interior: experimenta a Dios en lo íntimo desu corazón y en el compromiso con la liberación de supueblo».(EAM,21) v Realiza un momento de contemplación, sintién- dote don de Dios, imagen suya, obra de sus ma-nos, la casa donde Él habita. v ¿Sientes que a lo largo de tu vida te has ido reconciliando con las distintas personas que hanparticipado en la construcción de tu casa, queeres tú mismo ? v ¿Cómo está tu autoestima? ¿Te amas a ti mis- mo? ¿Estás consciente de lo que esto suponepara tu vida? v Revive momentos, etapas, encuentros, aconte- cimientos, personas. Intenta percibir los sig-nos del amor de Dios presentes en el discurrirde tu vida. Canto: Tú me conoces . (Sl 138)
Tú me sondeas y me conoces,Tú me hablas a mí, Señor (2).
Uh,uh. (bis) Que aún en mi lenguano hay palabra,y ya Tú la conoces, Señor. (2)Uh,uh. (bis) A dónde iré yo sin tu espíritu,dónde huir de tu rostro Yavé. (2)Uh,uh. (bis) Tú me proteges y me defiendesy mi alma está viva por Ti. (2)Uh,uh. (bis) v GESTO CONCRETO: Cada Hermano muestra
la foto de sus familiares o la hoja con susnombres a otro Hermano, a quien desea paz,asumiendo el compromiso de rezar por él y estara su lado acompañando su caminar. y atención a los hermanos Nos ponemos en la presencia del Señor… Invoca- mos la fuerza de su Espíritu que nos permita adueñarnosdel corazón de nuestro Buen Padre Champagnat… Leemos con cariño… Hecho de la vida de Champagnat
"No se conformaba con manifestarles su amor con palabras; les daba pruebas inequívocas con las obras.
Efectivamente, siempre estaba pendiente de las necesi-dades temporales y espirituales de cada uno. Su instintopaternal le permitía adivinar inmediatamente si el Her-mano que tenía delante necesitaba alguna cosa. Al en-viarlos a las escuelas, nunca dejaba de recomendar a losHermanos que llevasen todo lo necesario, y cuando ve-nían a despedirse les hacía algunas preguntas para cer-ciorarse de que nada les faltara.
Cuando alguien llegaba de viaje, si lo veía sudoro- so, le mandaba cambiarse de ropa, tomar algo caliente,y le aconsejaba evitar las corrientes y retirarse a unahabitación cálida y seca. " Una imprudencia o un simple descuido en estas circunstancias –decía – puede acarrearuna enfermedad mortal o una dolencia prolongada" Durante las vacaciones llegaron varios Hermanos en un día lluvioso. Mandó llamar inmediatamente al Her-mano Administrador para que se pudiesen cambiar. Comoel Hermano se hallaba fuera y había llevado consigo lallave de la ropería, el Padre Champagnat, impaciente poraliviar a sus hijos, tomó una herramienta, descerrajó lapuerta y repartió ropa y hábitos a los que venían empa-pados. Muchas veces lo vimos, en ausencia del cocine-ro, preparar la comida a los que llegaban o salían de via-je." (Vida, 2ª parte, Cap. 15, Pág. 439-440) A la luz del XIX Capítulo General
"Para seguir a Jesús, como María, al estilo de Marcelino Champagnat, debemos: Pasar de una vida encomún a una vida de comunidad. Todavía resuena en no-sotros la llamada de uno de los jóvenes seglares que nosacompañaron durante unos días: "Encuentro Hermanosformidables, pero no comunidades" ( Mensaje, 17) Y Para orar
v El amor y el servicio está hecho de detalles. Marcelino Champagnat lo tenía bien claro.
¿Qué pueden decir de tu amor a los Hermanoslos detalles que tienes con ellos? ¿Tu vida estáatenta a los Hermanos y sus necesidades?
¿Qué sientes que puede estar pidiéndote Champagnat en este aspecto de la vida comu-nitaria? v El reclamo del joven seglar ¿es aplicable a tu comunidad?… ¿Qué habrá que hacer para vi-vir lo que nos pide Champagnat y los seglaresnos pueden reclamar? v Escribe una oración a partir de tu reflexión y Canto: Confiad siempre en Dios
CONFIAD SIEMPRE EN DIOS,CONFIAD SIEMPRE EN DIOS;ES EL CAMINO RECTO. A menudo nada sabes del mañana,estás desorientado y lleno de cuidados,nada ves, todo te parece estarsin salida, pero túsabes que el Señor te ayudará.
Tú ves a la gente llena de codicia,trabajar tan solo para ganar oro,tú también sientes ganas de tenercomo ellos, pero tú sabesque tu oro es el Señor.
Siempre en Dios «En Él vivimos, nos movemos y existimos» (Hch. 17,28) Una vela encendida puesta sobre uno o dos perió- dicos del día. Objetos de la naturaleza: agua, frutas, tie-rra. (Tener preparados unos papelitos para escribir).
W Motivación
w Tomamos conciencia de nuestra respiración, per- cibiendo la vida que nos habita y repetimos len-tamente - al ritmo de la respiración - el textobíblico: «En Él vivimos, nos movemos y existi-mos». w Nos disponemos a escuchar un hecho de la vida de nuestro Padre Champagnat que nos invita aexperimentar a Dios en todas las cosas. en lavida.
Hecho de vida de Champagnat
«A un postulante que le pidió poder quedarse toda su vida en el noviciado para vivir en mayor soledad ypensar menos en el mundo al no tener que verlo, le res-pondió: «Nada le impedirá vivir en soledad en una es-cuela llena de niños. Por lo que a mí se refiere, me pare- ce que tan solitario me sentiría en medio de las calles deParís como en los desiertos de Siberia. Durante mi es-tancia en aquella capital, después de mis ocupaciones,me encerraba en mi habitación. Nadie sabía que yo esta-ba en París. Me interesaba tanto por la ciudad y por lascuriosidades que encierra, como si estuviera a cien le-guas de distancia.
A una persona que se quejaba de no poder rezar, y de las distracciones ocasionadas por el recuerdo de loque había visto en sus recorridos por la capital, le mani-festó que para él toda aquella barahúnda, la multitud quecruza las calles en todas direcciones, los objetos quecautivan las vistas y son tan propicios para satisfacer lacuriosidad, no le llamaban la atención, y que le era tanfácil recogerse y mantenerse unido a Dios en las callesde París como en los bosques del Hermitage».
La vivencia de la presencia de Dios mantenía su alma en una paz y tranquilidad inalterables. Su máximafavorita era que nada hay que temer cuando se tiene aDios consigo, pues ningún daño pueden recibir quienesse abandonan a su divina Providencia.» (Vida, cap. V, 2ª parte, p. 326) A la luz de la espiritualidad apostólica marista
«La apertura al amor de Jesús y de María y a los acontecimientos y necesidades de su tiempo le permiteunificar su vida y estar en comunión con Dios tanto enel Hermitage como en las calles de París (cf. C 2).» Y Para orar
v En tu vida cotidiana ¿qué es lo que más te ayu- da a mantenerte en la presencia de Dios? v La experiencia de Dios supone una constante atención a todos los signos de su presencia.
¿Qué signos de esta presencia has percibido úl-timamente y que han dado sentido a tu vida?(escríbelos en un papelito y colócalo alrededorde la lámpara expresando tu oración).
v Contempla a Champagnat en su actividad en París y en el retiro del Hermitage. Descubre loque le mantiene el corazón unificado y pacifi-cado, y pídeselo a él para ti y para la comuni-dad. Oración final (salmo 139)
Tú me sondeas y me conoces,
Tú me hablas a mí, Señor
(2) (cantado)

Señor, Tú me examinas y conoces;sabes cuándo me siento y cuándo me levanto,Tú conoces de lejos lo que pienso;Tú sabes si camino o si me acuesto,y Tú conoces bien todos mis pasos.
Aún no está en mi lengua la palabra,cuando ya Tú, Señor, la conoces entera;me abrazas por detrás y por delante,después pones tu mano sobre mí.
Tú me sondeas y me conoces,
Tú me hablas a mí, Señor
(2)

Tu ciencia es un misterio para mí,tan grande que no puedo comprenderla.
¿A dónde podré ir lejos de tu espíritu?¿A dónde podré huir lejos de tu presencia? Aún las tinieblas nada tienen de oscuro para Ti,y la noche ilumina como el día.
Tú me sondeas y me conoces,
Tú me hablas a mí, Señor
(2)

Tú, Señor, formaste mis entrañas,me tejiste en el seno de mi madre.
Te doy gracias por tantas maravillasque Tú has ejecutado;en efecto, admirable son tus obrasy mi alma bien lo sabe.
Tú me sondeas y me conoces,
Tú me hablas a mí, Señor
(2)

Toda la vida en Dios «Busquen primero el Reino de Dios y su justicia ytodas las demás cosas se les darán por añadidura.» Se coloca un tapete en el suelo, con instrumentos del trabajo diario de los Hermanos y de la gente. La Pa-labra de Dios, vela encendida, cuadro de Champagnat.
En este momento estamos invitados a poner nues- tra vida ante Dios como ofrenda.
Nos es difícil muchas veces integrar todas las di- mensiones de nuestra vida cotidiana: trabajo, oración,encuentros. Vamos a contemplar a nuestro PadreChampagnat y a acoger el ejemplo de su vida que nosinvita a vivir desde Dios y en Dios que nos UNIFICA.
En un momento de silencio interior invocamos al Espíritu Santo.
Hecho de vida de Champagnat
«Queridos hermanos, les decía un domingo, nos encontramos en la época de las faenas más duras del cam-po. Los días son largos; el calor agobiante. Salen al tra- bajo muy de madrugada y no regresan hasta entrada lanoche. Se han agotado, sudado todo el día. ¡Cuántosméritos pueden acumular para el cielo! ¡Qué gratos pue-den ser a Dios y cuántas gracias pueden atraerles consólo santificar esos actos y trabajos! Y ¿qué tienen quehacer para eso? Ofrecérselos a Dios por la mañana; unirsus sufrimientos a los del divino Salvador. Antes de ini-ciar la jornada, y siempre que se acuerden a lo largo deldía, ofrezcan a Dios su trabajo diciendo: Dios mío, quie-ro realizar esto y soportarlo para hacer tu santísimavoluntad, imitar a Jesucristo, reparar mis pecados ymerecer tu gracia; para que me concedas el paraíso ybendigas a mis hijos y a cuanto me pertenece. Queridoshermanos, haciendo esto, serán auténticos cristianos yverdaderos hijos de Dios; sus trabajos se transformaránen oración continua; sus pasos, acciones y sudores serántenidos en cuenta y no quedarán sin recompensa.
¡Qué grato será ante Dios quien así obre! ¡Qué mé- ritos acumulará para la eternidad! ¡Qué gloria y recom-pensa le aguardan en el cielo! Ahí tienen, queridos her-manos, el gran secreto para asegurar la salvación, alcan-zar la recompensa eterna y hacerles santos sin demasia-do esfuerzo. Pues es evidente que el cuidado de ofrecera Dios las acciones y los trabajos, no va a volver máspenosa su tarea; al contrario, se les hará más llevaderoel trabajo, pues lo hacen por amor de Dios. Y Dios, quees Padre bondadoso, les ayudará, confortará y consola-rá, les bendecirá y concederá la prosperidad en este mun-do. Y, sobre todo, gozarán de paz espiritual y tendrán lafirme esperanza de que estos días azarosos serán segui-dos de un descanso sin fin, y los sufrimientos pasajeros,recompensados con la eterna felicidad.» (Vida, cap. V, 1ª parte, p. 48-49) A la luz de la espiritualidad apostólica marista
«Nos sentimos llamados a encontrarnos con Dios en lo cotidiano. La búsqueda de su voluntad en el tratocon las personas, en las ocupaciones diarias, en las acti-vidades de la comunidad y en la fidelidad humilde detodos los días, nos unifica en el amor». (EAM 27) Y Para orar
v Del texto leído, ¿qué es lo que más te ha toca- do? ¿En qué ilumina tu vida diaria? v ¿Las cosas de cada día te llenan de Dios o te apartan de Él? v ¿Has sido capaz de dar a cada cosa o experien- cia el tiempo y atención que se le debe dar? v ¿Cómo has unificado trabajo, oración y encuen- tros en el día de hoy? v Pide a Champagnat el don de vivir con intensi- dad cada momento del día, desde Dios. (Comparte con tus hermanos) Canto: Cortó la Roca
Corrió los montes,probó el cansancioy el sabor de los sudores.
El aldeanorecibió sus bendiciones, le dio su camay él durmió en el portal.
Pero fue Diosel que alumbrabael corazón de este hombrey mantenía su esperanzapor el pobre sin hogar.
PORQUE EL HOMBRE SIN DIOSNO ES DUEÑO DE SÍ MISMO PORQUE EL HOMBRE SIN DIOSCONOCE LA DERROTA Y ES QUE EL HOMBRE SIN DIOSNO PUEDE CAMINAR (2) Los Salmos, escuela de YL os Salmos son una estupenda escuela de oración apostólica. Por su interior, discurre la vida cotidiana, sen-tida con mucha intensidad e interpretada desde la fe. La alegría y el dolor, la opresión y la liberación, la salud y la enfermedad, la vida y la muerte están pre-sentes en estas oraciones cargadas de intensos sentimien-tos de admiración, alabanza, dolor, gratitud y súplica. Nacidos de situaciones personales y concretas que vivieron personas determinadas, simbolizan el caminardel pueblo , en su historia de encuentros y desencuentroscon el Dios que le ama, le guía y le salva. Hay creyentes que dicen no encontrar sentido al rezo de los salmos. Es una pena. Tal vez no acierten arelacionar la experiencia espiritual del salmista con la si-tuación concreta, personal o social, que viven ellos. En esta sección, a modo de muestra, proponemos una manera nueva o distinta de rezar los salmos, que consistefundamentalmente en traducir la situación original que pro-dujo el salmo a la que está viviendo la persona que lo va arezar. Es lo que llamamos contextualizar el salmo. Pocas oraciones nos pueden ayudar tanto como los salmos a familiarizarnos con Dios desde las cosasmás sencillas y cotidianas Rezándolos somos voz delmundo ante Dios y receptores privilegiados de su amory misericordia. La forma concreta de rezar los salmos que propo- nemos puede ser enriquecida con la creatividad del gru-po o comunidad que los reza. Salmo 31(32) Sácame de la red 1. El contexto del Salmo
w A una persona afligida y angustiada le han ten- dido una red; está en peligro, habitado por latristeza; se siente la irrisión de los opresores, elasco de los vecinos. Siente que la gente huyede él, se siente como un objeto de basura; lagente le persigue y trata de matarle.
w Siente una gran confianza en Dios, aunque en su turbación, alguna vez se ha sentido como «de-jado de sus manos y ojos». Es una oración desúplica, de abandono, de refugiarse en el Señor,al sentirse perseguido.
w Agradece a Dios al sentirse escuchado y salva- 2. Recita el salmo (o léelo en silencio)
3. El contexto en el que vivimos
m Cada uno entra en contacto con la realidad
que le rodea, con personas bien concretas.
Aquí se coloca un ejemplo real.
m Situaciones concretas de angustia:
r mamá de. en crisis profunda de angus- r grupo social del entorno con autoestima baja, «no sirven para nada», se sientencomo un objeto de basura: no se cuidan,no luchan, no progresan, no se levantan.
Algunas mamás con fuertes depresiones ydeseos de suicidio.
4) Para orar
v Ora por esas personas: que Dios las saque de esa situación, para que puedan recuperar sudignidad, para que experimenten su amor y sal-vación. v Comparte con la comunidad o el grupo de ora- ción, situaciones concretas y cercanas. v Recen el salmo de nuevo, o la siguiente contex- Yo te alabo, Señor, porque me has librado.
No has dejado que mis imaginaciones negati-vas se realicen.
Me has librado de la desesperaciónque me rodea.
Las cosas no son tan difíciles y negativascomo me imaginaba.
Te doy gracias porque estás conmigoy me quieres.
Señor, a veces, parece que estás lejos y no teimporta mi vida, pero no es así.
Un día estoy hundido y al día siguienteestoy contento sin saber por qué.
Creí que todo me iba a resultar bien,sin contar contigo.
Soy frágil, Señor; hoy me como el mundoy mañana estoy hundido.
Sé que Tú me quieresy me lo has demostrado en muchos momentos.
¿Qué ganas con mi muerte?¿Qué ganas con la muerte de tantos inocentes?¿Qué ganas con la muerte de tantos niños en eltercer mundo?¿Qué ganas con la muerte familiar de esos ni-ños del barrio cuyos padres poco se preocupande ellos? Escucha, Señor, ten compasiónde tantos niños.
Ayúdanos a despertara tanta gente dormida en estos temasy haznos sensibles al dolor humano.
Te doy gracias, Señor,porque Tú diste sentido a mi vida.
Tú me cambiaste.
Gracias, Señor, gracias.
Salmo 51 (50) El corazón misericordioso de Dios b 1. El contexto del Salmo
w Este salmo se refiere a David. Expresa, de una manera sencilla y transparente, el senti-do de la culpabilidad personal y la fragilidadmoral del hombre desde su inicio.
w El salmista, aunque conoce sus límites, cree en el amor de Dios que le puede renovar yreconstruir.
w Dios no quiere la muerte del pecador sino su vida. Quiere la fiesta en vez del sacrificio.
2. Recita el salmo
3. El contexto en el que vivimos
m Cada uno entra en contacto con la realidad
que le rodea, con personas bien concretas.
m Cada uno de nosotros experimenta en lo más profundo de su ser la presencia de una fuer-
za negativa
y de rechazo a la luz y al don de
sí mismo. Somos, a la vez, luz y tinieblas y,con frecuencia,solemos escoger la obscuri-dad a la luz.
m Vivimos la división del corazón. Experi-
mentamos lo que es contra la vida. Somosegoístas. El mal está impregnado en el cora-zón humano y en las estructuras.
m Hay muchos signos de muerte en nuestro
alrededor. Reconoce algunos presentes en tu
realidad circundante.
4) Para orar
v Reconoce tu pequeñez y pobreza a la luz del magnífico y misericordioso corazón de Dios. v ¿Cómo anda tu corazón? ¿Has experimentado la división y el frío? ¿Él ha sido un terreno pe-dregoso o lleno de espinos? Pon tu corazón enlas manos del Señor y pídele cure tus heridas. v Pide perdón a Dios por los signos de muerte presentes en tu realidad circundante. Pídele quereconstruya los muros de tu realidad, que semultipliquen los signos de vida y luz que tam-bién existen. v Pídele que te dé la paz, la serenidad y la ale- v Repite en tu silencio: «La misericordia del Se- ñor para siempre cantaré». v Si la oración es comunitaria, vuelven a recitar todos el salmo 51 (50). Salmo 80 (79) 1. El contexto del Salmo
w Este salmo se aplica tanto al Israel del Norte, devastado por los asirios, como a Judá, despuésdel saqueo de Jerusalén.
w Se recuerda los grandes hechos de la historia del pueblo y cómo Dios obró maravillas en él.
Compara el pueblo a una viña que Él cuida.
w El salmista espera la restauración del reino uni- ficado y que el rostro de Dios vuelva a brillarsobre el pueblo.
2. Se recita el salmo
3. El contexto en el que vivimos
m Cada uno entra en contacto con la realidad
que le rodea, con personas bien concretas.
m Vivimos un tiempo de búsqueda de senti-
do, de respuestas a tantos problemas que nos
surgen a cada día.
m Sentimos que las cosas se nos escapan de
las manos ; los desafíos tecnológicos y los
avances de la ciencia nos sobrepasan.
m Nos enfrentamos a cambios culturales y
valóricos importantes, la vida se relativiza;
países poderosos dominan a los pobres, se
destruye la naturaleza y son muy numerosos
los jóvenes sin horizontes y con carencia de
perspectivas para el futuro.
m La realidad congregacional actual nos des-
concierta y, de algún modo, nos angustia.
m El salmo nos invita a leer los signos de los
tiempos y a ver los pasos de Dios en nues-
tra historia.

4. Para orar
v Presenta ante el Señor la realidad que vives. Re- cuerda personas y situaciones. Intenta percibirlas huellas de Dios en ellas y también llamadasconcretas. v Reza de nuevo el salmo 80 (79) o la siguiente Señor, Tú eres nuestro pastor,con mimo y cariño nos has cuidadoa lo largo de nuestra historia.
Nos has llevado a verdes pastosy nos hiciste crecer.
Quienes nos rodeaban se maravillabande los detalles que tenías con nosotros.
Nuestras obras crecieron y crecieron.
Nos diste Hermanos sin número.
Y llegamos a todos los rincones de la tierra.
Muchas generaciones te dieron gloriapor las maravillas que hiciste en nosotrosy a través de nosotros.
¿Dónde estás desde hace un tiempo, Señor?Parece que has desviado tu mirary ya no te sentimos cerca.
Los ancianos nos recuerdanlas épocas del esplendory los jóvenes no encuentran atractivopor lo que somos y hacemos.
Los seminarios se cerrarony las grandes obras envejecen.
Faltan el bullicio y la alegríaen las aulas y patiosque antaño estuvieron llenos de una chiquille-ría feliz.
El desencanto ha entrado, traicionero,en nuestras comunidades,y la añoranza de tiempos irrepetiblesparaliza nuestro caminar hacia el futuro.
No nos abandones,que sólo Tú eres nuestra fuerza.
Perdona que hayamos puesto nuestra confianzaen las obras de nuestras manos.
No tengas en cuentanuestra ingratitud y necedad,al creer que cuando nos aplaudían los señoresde la tierra significaba que Tú estabas contento de noso-tros.
Señor, vuelve entre nosotros. ¡Restáuranos!Que vuelvan a descubrir tu rostro y tu presenciaen medio de nosotros.
Danos vida para que invoquemos tu nombre,que nos volvamos a dejar guiar por Ticomo un rebaño que se fíay se confía a su pastor.
Salmo 90 (89) Dios, nuestro refugio b 1. El contexto del Salmo
w El salmo es la oración de un sabio acerca de la brevedad de la vida humana. Dicha vida estáentrecortada por las experiencias negativas delpecado, que hace sufrir al hombre.
w Invita a vivir una vida auténtica y llena de sen- tido, a vivir cada día en plenitud.
2. Se recita el salmo
R 3. El contexto en el que vivimos
m Cada uno entra en contacto con la realidad
que le rodea, con personas bien concretas.
m Experimentamos las contradicciones de nues-
tra realidad humana: deseamos el éxito y em-
pleamos mal la vida y el tiempo que tenemos.
m Con frecuencia nos ocupamos en pequeñas co-
sas que toman nuestro tiempo y humor. Sufri-
mos por la incapacidad de establecer relaciones
sanas; nos comunicamos mal y nos perdemosfácilmente en lo poco.
m Como el salmista que se da cuenta del valor de la existencia, somos invitados a buscar en Dios
el refugio y el sentido de la vida.

m Somos buscadores de seguridad en lo insegu-
m Vaciedad experimentada en los hombres de
4. Para orar
v Entra en contacto con el Señor. Déjate abrazar por Él. Siéntete refugiado en Él. v ¿Cómo has valorado tu tiempo? ¿Te das el tiem- po necesario para el descanso, el trabajo y laoración de manera equilibrada? ¿Has encon-trado a Dios en ellos? v ¿Qué te falta para apreciar la vida y gustarla? v Pídele al Señor que te ayude a vivir una vida plena, llena de sentido, desde su corazón. v Vuelve a recitar el Salmo 90 (89) o reza esta Señor, Tú has sido nuestro refugiode generación en generación.
Antes que naciesen los montes o el hombre pisara la luna,antes que el aire fuera nido de ondasy llegase el SIDA, la drogao la violencia de la calle,desde siempre y por siempreTú eres Dios.
Tú sabes lo que salva al hombre,pero no impones tu sabia claridad.
Nos esforzamos en ganar títulos,en crearnos una imagen de superhombres,en velar por nuestro prestigioy nuestro confort.
Y así pasamos setenta años,ochenta o noventa el más robusto,en medio de fatigas inútiles.
Sácianos de tu misericordia,que tu agua viva apague nuestra sed.
Baje a nosotros tu bondad,que es alimento que no perece.
Llénanos de tu luzpara que las obras de nuestras manossean prósperas en ternura y solidaridad.
Salmo 130 (129) Confianza en el Señor 1. El contexto del Salmo
w Más que un salmo de penitencia es una oración de esperanza, de confianza en el Dios redentor.
w El salmista reconoce la pobreza humana y, des- de su condición, clama al Señor confiadamente,porque sabe que Él siempre perdona.
2. Se recita el salmo
R 3. El contexto en el que vivimos
Cada uno entra en contacto con la realidad que le rodea, con personas bien concretas.
m La experiencia de sentirse en el «fondo del
pozo», sin fuerzas, sin fe, sin esperanza, sin
perspectivas, sin ilusiones.
m Las ocasiones en las que nuestros proyectos
no avanzan o no son considerados.
m La experiencia del pueblo que se desanima
frente al desencanto público, a las luchas envano, a la pobreza y a la desesperación.
m Los ejemplos de logros de la gente, la espe-
ranza que no cansa, la fe del pueblo.
Y 4. Para orar
v Ponte confiadamente en las manos de Dios. v Recuerda delante del Señor alguna experiencia que te haya dejado «en el fondo del pozo». In-tenta ver cómo Dios se te manifestó allí. v Vuelve a rezar el salmo 130 (129), sólo o en co- munidad, o recita esta oración: Solista: "Desde lo hondo a ti grito Señor.
Señor, escucha mi voz; estén tus oídosatentos a la voz de mi súplica.
Señor, esta mañana al despertar me llega-ba por las ondas de la radio, el dolor delmundo. "Un nuevo atentado, una nuevavíctima inocente".
Señor, escucha mi voz temblorosa, llenade rabia e impotencia, que te pide a gri-tos: basta ya, Señor, de tanto odio, de tan-ta muerte inútil.
Hasta cuándo, Señor, seguirán sembrandodolor, muerte y tragedia. Hasta cuándotantas familias rotas, tantos testigos de lasmuertes de sus padres. Basta ya, Señor, detanto sufrimiento.
Solista: A ti, acudimos, no apartes de nosotros tu mirada paternal y maternal.
Protégenos, Señor, de día y de noche, enel campo y en la ciudad, en el descanso yen el trabajo.
Danos, Señor, entrañas de misericordia,capacidad de perdón y de olvido.
En Ti ponemos nuestra confianza.
Señor, danos tu paz. Se tú el refugio detantos huérfanos y viudas.
Gracias, Señor, porque Tú siempre estásjunto al que sufre, al pobre y desampara-do.
Salmo 139 (138) La grandeza de Dios 1. El contexto del Salmo
w El salmista se llena de admiración ante la sabi- duría y omnisciencia de Dios.
w Tiene conciencia de que está delante de un gran misterio: una presencia que lo envuelve todo.
w Esta grandeza le sobrepasa.
W 2. Se recita el salmo
R 3. El contexto en el que vivimos
Cada uno entra en contacto con la realidad que le rodea, con personas bien concretas.
m Poca capacidad de admiración. Vivimos ro-
deados de muchas cosas y opciones. Pocasveces nos dejamos tocar por la belleza, porlos pequeños gestos. Hacemos poca experien-cia de maravillarnos.
m La vida y el mundo están llenos de las hue-
llas de Dios. Hay que estar atentos. Grande-
za y pequeñez, silencio y voz, tierra y cielo.
¿Cómo lo percibimos? m El ser humano : belleza y contradicciones,
gracia y pecado, pobreza y dones.
Y 4. Para orar
v ¿Cómo es tu capacidad de maravillarte? Date un tiempo para ello: recuerda los hechos, per-sonas y acontecimientos en los que reconocesla grandeza de Dios. v Recuerda cómo Dios se te ha manifestado en estos días de forma más contundente. ¡Agradé-celo! v Siéntete envuelto por Dios, abrazado por Él. Pí- dele que siga sondeando tu corazón y guiandotus caminos. v Repite algunas frases del salmo 139 (138). Compártelas con tu comunidad. Orando con Marcelino E n esta sección hemos seleccionado cuatro acon- tecimientos importantes de la vida de Marcelino. Losleyó en clave de fe y se convirtieron para él en cuatroexperiencias espirituales fuertes. ¿Cómo rezaría Marcelino? ¿Qué sabor tendría su oración? ¿Cómo serían sus diálogos con el Señor?Una persona que vivía con tanta intensidad la presen-cia de Dios, que se sentía tan unido a El en París comoen L´Hermitage no podía actuar en forma desintegradani ser dicotómico en su experiencia religiosa. Por elcontrario, la vida, los Hermanos, los trabajos, la mi-sión, los problemas, las alegrías fueron ingrediente im-portante en su contacto con el Señor. Sus Cartas y algu-nas oraciones compuestas por él nos lo confirman. A través de estos ejemplos que presentamos nos proponemos presentar a nuestro Padre como inspiradory pedagogo. Su vida se nos puede convertir en fuente deoración apostólica. El método que proponemos es una de las muchas maneras de «revivir su experiencia espiritual y de pro-longar en nuestra historia el don que es Marcelino parala Iglesia» (EAM,25). Oración de Marcelino por el huérfano J. B. Berne 1. Lee el relato de la vida de Juan Bautista Berne
(Vida de M. Champagnat, XXI. p. 524-525).
v 2. Reza una de las dos siguientes oraciones, como
si fuera Marcelino quien la está rezando.
«Hoy vengo, ante ti, Padre bueno, con el alma partida. Ya sabes por qué. Me han dicho losHermanos que sigue portándose mal, que no leaguantan, que le quieren echar de la casa. Eso meduele mucho. No lo puedo soportar. ¿Qué será deese niño solo en el mundo? ¿Quién va a cuidar deél? No tiene ni padre ni madre. Ya ha sufrido bas-tante, para que ahora le dejemos indefenso, al al-cance de tantos enemigos.
Señor, te veo a ti en Juanito, Tú eres él. ¿Có- mo te vamos a echar a la calle? Cambia, Señor, el corazón de estos mis hi- jos. Dales paciencia. Ayúdales. Entiendo que es- tar todo el día con él, ver que no hay recupera-ción, que tiene mala conducta, debe ser duro ydesanimador. Pero te pido para que ellos entien-dan que Tú tienes más paciencia con nosotros, queTú nos amas a todos, que Tú amas especialmentea niños como Juan que son los que necesitan demédico, no los sanos.
Señor, que no caigamos en lo que es más fácil; en deshacernos de Juan porque nos molesta.
Tú viniste especialmente para levantar al caído,para ayudar al débil, para salvar al pecador. Túamaste tanto a los niños, eran tus predilectos. Túquieres que nadie se pierda. Quieres que todos sesalven. Que queramos nosotros lo mismo, Señor.
Que no echen los Hermanos a Juanito. Que si seva de la comunidad, se pierde.
¿No ha sufrido ya bastante en la vida para que le hagamos sufrir más? Cambia su corazón, hazlemás dócil y obediente. Que se acerque más a losHermanos, que sea más bueno.
María, madre buena, Juanito sólo te tiene a ti como madre. ¿Vas a permitir que se pierda en lacalle? ¿Vamos a ser nosotros, los que nos llama-mos y somos tus hijos, vamos a ser nosotros losque nos deshagamos de él? No lo permitas. Se mepartiría el alma si ello ocurriera.
Te pido que mis hijos entiendan que Tú, Ma- dre buena, y tu Hijo nos llaman a atender lo débil,lo pobre, lo necesitado.
Confío en Ti, Madre. Confío en que nos vas a ayudar a que Juanito cambie y siga entre noso-tros. Te lo pido con todo el corazón".
"Señor, aquí me tienes una vez más. Quiero poner en el centro de tu corazón lo que angustia almío: los Hermanos no aguantan más y quieren ex-pulsar de casa al joven Berne.
¿Qué será de él? ¿Quién le cuidará? ¿Quién podrá acudir? ¿Por quién se sentirá querido? Esverdad que es indócil, que no hace mucho caso yle matan las maneras bruscas de contestar y por-tarse. Pero, ¿qué podemos esperar de quien des-de niño se le ha negado todo y, sobre todo, no hasido amado? Su pobre madre ha pasado de mano en mano, a su padre ni lo conoce. No ha tenido un sitio fijoy digno donde vivir. Le faltaron modelos amablesa quienes imitar.
¿Qué podemos esperar de él en estos mo- ¿Recuerdas cuando decidimos traerlo a vi- vir con nosotros? Le costó mucho por la descon-fianza, pero al menos tenía comida caliente y po-día dormir y vivir bajo techo.
Los Hermanos estaban contentos porque ayudándole así se sentían bien, hacían algo bueno y estaban seguros que Tú, desde el cielo, les son-reías y les bendecías.
Pero. ha pasado el tiempo y el chico ha to- mado confianza y la timidez inicial ha dejado pasoa la grosería y a mil detalles que demuestran quefaltó una persona cercana y con valores en su in-fancia.
Entiendo a los Hermanos, porque los pro- gresos son muy lentos y, a veces, rompe el ritmo yla paz comunitaria, e incluso puede tener una malainfluencia sobre el resto de sus compañeros.
Pero, Señor, viendo todas las posibilidades que me has dado y lo poco que te he correspondi-do, ¿qué habría sido de mí si hubiese tenido unainfancia como la suya? ¿Acaso sería mejor queél? ¡Seguro que no! No podemos poner en la calle a quien has puesto ante nuestros ojos y nuestro corazón. Sien-to una gran responsabilidad. Estoy seguro de queno es por casualidad que he conocido a esta fami-lia. Sigo creyendo que Tú mismo nos la has enco-mendado para que les ayudemos a ser felices ypara que, a través de nuestro cariño desinteresadoy nuestra dedicación, descubran tu rostro de Pa-dre que les quiere de forma inigualable. ¿Cómodescubrirán tu rostro de Padre amoroso si, los quedecimos que vivimos por ti, los rechazamos? ¡Pro-vocaremos que te rechacen a ti, quizá, de formadefinitiva! Tu hijo Jesús dijo: "Dejen que los niños se acerquen a Mí, no se lo impidan»: y lo dijo preci-samente cuando se hacían molestos a tus discípu-los.
Señor, Tú quieres tanto al joven Berne y a los Hermanos que seguro que a él le darás la luzque le haga cambiar y ser según tu querer, y a losHermanos la fuerza y paciencia para ser de ver-dad sus Hermanos mayores y reflejo de tu rostro.
Gracias, Señor, porque he sentido tu presen- cia en estos momentos.
Ayúdame a transmitir tu querer a mis Her- v 3. Conecta con alguna situación de tu realidad ac-
tual, (personal, comunitaria, profesional o fa-miliar) que tenga relación con el caso J.B. Berne.
v 4. Haz un momento de oración personal.
v 5. Comparte con tus Hermanos de comunidad, si
estás en oración comunitaria, o con el grupo (sies, por ejemplo, reunión de profesores), viven-cias, llamadas, sentimientos.
v 6. Canto final
Oración de Marcelino tras el abandono de v 1. Lee este hecho en la Vida de nuestro Fundador
v 2. Pon en tus labios esta posible oración de
Marcelino, solidarizando con su dolor y confian-za.
«Señor, ya sé que estás cansado de oír a este pobre siervo tuyo siempre la misma cantinela.Perono puedo menos que seguir preguntando.¿Es estatu obra o es la mía?¿ Es mi ceguera la que se em-peña en seguir golpeando tercamente la roca o estu luz la que ilumina el camino por el que llamas? Un día me diste a Terraillon como compa- ñero de camino. ¡Y qué tesoro! Era un regalo delos tuyos. Juntos subimos a Fourviére tantas ve-ces. Juntos abrimos nuestras manos de sacerdotespara sembrar tu evangelio.Juntos mirábamos elfuturo de la Sociedad de María.Juntos hemos lle-vado esta casa y a estos jóvenes.
Y ahora, Señor, de nuevo estoy solo, ni Courveille ni él se han quedado. Estoy solo, alfrente de todo esto. Con decenas de hombres quequieren ser Hermanos, pero les falta lo más ele-mental. Con montones de acreedores que confíanen mí, pero no en el Instituto.
¿He hecho algo mal, Señor? ¡Respóndeme, pues necesito tu voz como el bálsamo la herida! ¿Estoy equivocado? ¿Tienen ellos razón? Mira mi soledad, Señor. Sólo Tú y la Buena Madre pueden llenarla.
¿No veían ellos los cientos de niños que cre- cen en la más absoluta de las ignorancias? ¿Nosentían la mies? ¿Estaré yo ciego, Señor? Dametu luz. Si esta es tu obra, ¿cómo continuar? ¿Quiéndará un poco de luz y esperanza a los hombres?Construye tú la casa con mis manos, Señor".
3. ¿Hay o ha habido alguna situación similar en
tu vida? Procura leerla en estos momentos conlos ojos de Dios. Haz o revive una lectura defe de ella. Date un tiempo de oración personal.
4. Comparte con quien estés rezando alguna vi-
vencia de esta oración.
5. Canto final
Oración apostólica de Marcelino Champagnat a partir de la falta de vocaciones crisis de1822 v 1. Lee esta crisis que vivió Marcelino, en el libro
de su Vida, (p. 95-102) v 2. Sin duda, él habrá rezado más de una vez en
forma similar a ésta que te presentamos. Óralatú, íntimamente ligado a él.
«Padre, Tú me has elegido y me quieres. Yo te voy respondiendo de la mejor manera que pue-do. Reconozco sí mis dudas y defectos.Trabajo conilusión, y desgasto mi vida en esta pequeña obrade los Hermanos que recién ha comenzado.
Tú, Padre, mejor que nadie, conoces mi per- sona, mis capacidades y limitaciones. A pesar demi pobreza, te has vuelto a fijar en mí para iniciarun proyecto de fundación que humanamente mesobrepasa.
Siempre he creído que es obra tuya y de Ma- ría, nuestra buena Madre. Nunca me han fallado.
He tenido, hasta este momento, la plena seguri-dad de caminar rectamente por el sendero que meseñalan en mi vida diaria. Pero he llegado a unasituación en que la duda me envuelve y los gran-des interrogantes vuelven sobre mi cabeza. ¿Nohabrá sido todo esto un sueño o una bonita ilu-sión? ¿Realmente esto que llevo entre mis manoses lo que Tú quieres de mí? ¿Hago tu voluntad ola mía? ¿No será lo mío un afán de protagonismo? Nunca me había visto tan atormentado ni aco- rralado. No sé. Llevamos mucho tiempo en queno llegan a nuestra casa nuevas vocaciones. Poreso una y otra vez me pregunto: ¿Será que no estoy haciendo bien las cosas? ¿Soy o no soy dócil instrumento en tus manos? A María, nuestra Buena Madre, le he dicho algo parecido. Casi, casi le he lanzado un "ulti-mátum": "Esta es tu obra. Si no nos echas unamano, pereceremos. ¡Ah! Pero no será nuestra obrala que perezca, como una lámpara que se extin-gue, sino la tuya".
Necesito, Padre, que me aclares esta situación angustiosa y que me des una señal clara, una luzespecial. De este modo, podré comprobar si estoyen la verdad y no me he desviado del camino. Per-dona, ante todo, mi atrevimiento y mi exigenciaexpuesta con urgencia. De todos modos, quierodejar claro que, sea cual sea tu decisión, yo segui-ré queriéndote siempre porque eres mi Padre bon-dadoso. Sólo quiero hacer tu voluntad.» v 3. Probablemente, estamos sufriendo la misma cri-
sis de 1822 y de forma más profunda. ¿Cómo lavives? ¿Qué sentimientos te produce? Intenta hacer una lectura de fe. Ora.
v 4. Comparte con los Hermanos de comunidad o con
los miembros del grupo con quienes estás re-zando, alguna vivencia experimentada.
v 5. Canto final
El joven Montagne 1. Lee este hecho en la Vida de nuestro Fundador
(p. 60 y 61).
2. Haz tuya esta oración como si estuviera salien-
do del corazón de Marcelino.
"Señor, Tú lo sabes, estoy estremecido por la situación en que he encontrado a Juan Bautista.
Desconocía lo más elemental sobre Ti y sobre elsentido de su vida. Nadie le había enseñado lasmás básicas nociones del catecismo. Gracias, Se-ñor, porque aún he llegado a tiempo para decirlequién eres y cuánto le amas, para transmitirle tubuena nueva. Gracias porque he podido decirle queTú le has creado para que sea feliz y porque hepodido proporcionarle este consuelo tan grande enlos últimos momentos de su vida. Gracias por laesperanza que he visto brillar en sus ojos cuandole hablaba de Ti.
Señor, me he sentido instrumento en tus ma- nos, he sentido que hablabas con mis labios, que mirabas por medio de mis ojos. Gracias por ha-berme escogido como testigo de tu amor.
Señor, Tú sabes que estos sentimientos de gra- titud se entremezclan con otros de angustia ypreocupación.¿Cuántos niños y jóvenes estarán enuna situación semejante a la de Juan Bautista?¿Cuántos niños morirán sin saber que Tú les amas? Señor, siento que me estás pidiendo un com- promiso más fuerte. Oigo tu llamada a extender tuReino por medio de los Hermanos de los que ya tehe hablado en otros momentos. Sí. Ahora veo conmás claridad la necesidad de la labor de los Her-manos que eduquen cristianamente a los niños y alos jóvenes. ¡Necesitamos Hermanos! Dame for-taleza, Señor, para poner manos a la obra, para lle-var adelante su fundación, la que he intuido enotras ocasiones y que ahora se me presenta conmás urgencia. Tú sabes las dificultades y sinsabo-res que esto me va a ocasionar. También para Ti tesupuso dolor, lucha y sufrimiento hasta la muertetu compromiso con el Reino de tu Padre. Concé-deme, Señor, tu luz y tu fuerza para ser fiel a loque me pides. Que en todo se haga tu santa volun-tad.
María, que con tu presencia, apoyo y amparo, sea posible este nuevo alumbramiento para el biende la Iglesia y del mundo. Buena Madre, bendiceeste proyecto que es el tuyo".
v 3. ¿Qué sentimientos te produce esta oración? ¿Te
sientes compañero de Marcelino en sensibili-dad, atención y apertura de corazón hacia lospobres? v 4. Recuerda alguna situación o hecho parecidos a
éste vivido por Marcelino. Recuerda algunosrostros que te hicieron clamar a Dios por com-pasión y justicia.
v 5. Reza por los niños y jóvenes pobres que espe-
ran una mano amiga, una palabra de ánimo, ungesto de solidaridad. Ofrécelos a María.
v 6. Comparte tu oración.
v 7. Canto final.
Orar desde los más débiles E l mundo de los pobres, del dolor, de la margi- nación son, en general, lugares privilegiados de pre-sencia de Dios. Lo cual no quiere decir que sea siempre fácil descubrirle en acontecimientos que nos hablan muchasveces de situaciones inhumanas. Con frecuencia, nossalen de dentro quejas, lamentos, gritos e interrogantesduros. «¿Por qué, Señor, tanta pobreza? ¿Hasta cuán-do, Señor, estas situaciones de inequidad y de violen-cia? Haz algo, Señor. Muévete. No te quedes callado.
Actúa.»
Estos desgarros sintonizan con aquellos diálo- gos dramáticos que encontramos en los grandes ejem-plos de oración apostólica que nos entrega la Biblia: lasúplica reiterativa de Abrahán para salvar a los habi-tantes de Sodoma; los diálogos intensos de Moisés paraque Yavé se apiade de su pueblo o la escena patética deJesús orando en Getsemaní delante de su Padre supli-cándole que pase de El tan tremendo cáliz. Las siguientes oraciones nos ponen en contacto con alumnos difíciles, con jóvenes que se salen del sis-tema, con reclusos, con situaciones de familias muyaproblemadas. Ellas nos evocarán, sin lugar a duda,otros rostros, otras circunstancias. Sobre todo, nos per-mitirán entrar en contacto con el Dios liberador queinterpela y nos invita a ser más tolerantes, acogedores ymisericordiosos. Como es El: papá y mamá. Necesito tu fuerza, Señor ¡Qué mundo más complicado en el que me has co- ¿Por dónde empezar a hablarte? ¿Por Gabriel, al que cuando le hablo de su madre, que es más buena que el pan y que le quiere un montón,se echa a llorar porque se da cuenta de que no se la me-rece al ser un vago y que, además, se deja arrastrar porJohny y por una pandilla del colegio? ¿Por Johny, queaprendió ya a engañar a sus padres y es totalmente dis-tinto en casa que en clase o entre los amigos, y que ya lehan introducido en la droga? ¿Por Carlos, que viene a veces antipático y grose- ro, y otras muestra un interés envidiable por aprender, oque, después de recibir un diploma monta un númeropateando la puerta de los locales? ¿De Chari, que haperdido la cuenta de con cuántos ha salido, que no parade dar una de cal y otra de arena, y que no aguantó unasemana en el trabajo del que con tanta ilusión nos habíahablado? ¿De César, que pega a su madre y a todo el quese ponga por delante, de sus hermanos que siguen susmismos pasos? ¿De Tito, de David, de Myriam, que sehace la loca cuando aparece su madre para que no se dencuenta que es hija de una alcohólica? ¿Por quién empiezo, Señor? ¿Sigo con la familia, con los líos y procesos de separación ante situacionesque se han ido haciendo insostenibles? ¿Continúo con casos de Hermanos que han ido acu- mulando tensiones vividas durante años en soledad y queven imposible una vuelta atrás y están a punto de tirar latoalla? Menos mal que Tú nos quieres uno a uno y tu amor es incondicional.
Menos mal que Tú respetas ritmos y tienes mil resor- tes para actuar en las personas, y no todo depende de mí… Gracias por la sensibilidad que me has dado para acercarme a las personas y por los destellos que me ofre-ces de que vas actuando.
Pero…, si lo hicieses un poco más de prisa… po- dría dormir mejor algunas noches.
v 1. Lee la oración: "Necesito tu fuerza, Señor".
v 2. Conecta con realidades cercanas y desde ellas
haz un momento de oración personal. Puedesaprovechar el texto "Necesito tu fuerza, Señor"o dejar que brote espontáneamente del corazón.
v 3. Ora una decena del Rosario, anteponiendo a cada
avemaría el nombre de personas por las quequieres rezar.
v 4. Si la oración es comunitaria, es de desear que
quien la anime haya pensado en algún símboloo en algún tipo de ambientación que ayude.
v 5. Canto.
Te presento este alumno difícil Hoy, Señor, Ángel, este chico de 15 años que ten- go clasificado como repitente me ha sorprendido al pe-dirme que le diera una fotocopia del texto sobre la "no-violencia" que sus compañeros de curso han leído en laclase.
¡Qué buena, idea, Señor, que fueran los propios alumnos los que motivaran a sus compañeros el Día In-ternacional de la no-violencia y la paz! Pasada la horade tutoría grupal, en la que un grupo de compañeros dela sección ha llevado a cabo una serie de actividades entorno a la temática propia del día, hemos vuelto al ritmonormal de las clases. Pero digo mal, al cabo de mediahora, se presentan dos alumnos y piden leer un texto.
Interrumpimos las matemáticas y van leyendo un men-saje escrito en la jerga del chico de la calle, del droga-dicto y del delincuente. ¡Qué atención han conseguidocaptar en todos! ¡Qué diferencia con la atención que pres-tan a las matemáticas! ¡Gracias, Señor, porque he nota-do que el mensaje ha calado! Al terminar la clase, Ángel me pide una fotocopia del texto. Se la hago rápidamente. Me lo agradece conuna sonrisa y de palabra.
Señor, hoy he caído en la cuenta del fondo de bon- dad que anida en alumnos que consideramos conflicti- vos y alborotadores. A veces me quejo de ellos, y no medoy cuenta de las circunstancias que les han llevado aser como son.
Ayúdame, Señor, a comprenderlos. Que aunque tenga que aplicarles algún castigo, lo haga de tal formaque perciban que busco su bien y que les aprecio.
Señor, me pregunto qué será de Ángel y de sus compañeros de pandilla cuando acaben el colegio. Queencuentren alguna mano amiga que les ayude a no caeren la drogadicción, en la delincuencia, en la violencia.
Que puedan encontrar un trabajo digno.
Tú, Señor, puedes hacerlo. Y si estos deseos no se cumplen, apiádate de ellos, ya que la sociedad los mar-gina y se despreocupa de ellos.
Coloca una o varias fotos de alumnos. Acompá- ñalas con una frase sugerente.
v 1. Interioriza la oración "Te presento este alumno
v 2. Entra en comunión con algunos alumnos difíci-
les que puedes tener en estos momentos. Oracon ellos y por ellos. Estáte atento a los senti-mientos que surgen, a las llamadas que experi-mentas.
v 3. Con ese material, escribe una oración.
v 4. Reza esa oración escrita por ti.
v 5. Si se hace en comunidad, pueden compartirse
las oraciones escritas y terminar con un canto.
Oración por Pablo Hoy te presento, Señor, la vivencia de dolor de Pablo, un alumno que presenta algún problema de dro-gas y disfunciones personales. Tiene 18 años. Pertenecea una familia acomodada y repite curso.
En él se da el contraste tan repetido en otros tantos "Pablo" de bolsillo lleno y corazón vacío; repletos desensaciones y vacíos de valores. Esos "Pablos" que vi-ven a tope la experiencia del día a día y la vertiginosidadde los fines de semana, agotando el amor y la amistad enunas horas. Que viven entre la levedad del humo y elneón lo que podría ser el gran regalo para sus vidas: elamor y la esperanza.
Miro los ojos de Pablo y los siento perdidos. Aprie- to las manos de Pablo y las siento frías de amor. Acercomi corazón al de Pablo y lo siento fatigado de experien-cias sin sentido.
Revélate, Señor, con toda tu bondad y misericor- dia al corazón de Pablo. De todos los "Pablos" que seponen máscara tras máscara para esconderse de la vida.
A última hora sólo les salvará el amor.
El tuyo, Padre, y el que les llegue de quienes reco- nocemos en ellos a tu Hijo caído.
No me dejes caer en la tentación fácil de decir: "ellos se lo buscan". "Se lo tienen merecido." "Soncabezas huecas".
Mientras les juzgamos no advertimos que son víc- timas fáciles de la sociedad que estamos fabricando yles envuelve cual mortal tela de araña. Señor, que desdemi soberbia de adulto, no condene a nadie. Que descu-bra que lo mejor que puedo hacer es amar.
A última hora es lo que siempre haces tú.
Amas a Pablo, a tantos "Pablos" y a mí, que tam- bién soy pecador.
Y Para orar
Puedes colocar elementos alusivos al texto de la oración: máscaras, recortes de diario alusivos a las dro-gas, algún cartel publicitario.
v 1. Trae a tu memoria algún Pablo que conozcas.
Háblale a Dios de él.
v 2. Escucha a Dios lo que te dice a propósito de
v 3. Si estás rezando con otros, en forma comunita-
ria, compartan lo que han orado.
v 4. Canto final.
Pon en mi vida un poco de ternura y delicadeza Hoy, Señor, en esta hora tranquila de la tarde, te presento en mi oración a Isabel. Tiene 17 años. Sus pa-dres están separados. No tiene motivación para el estu-dio. Está rebelde y va perdiendo poco a poco amistadesy aprecio.
Ya sé que la conoces, Tú lo sabes todo. Pero déja- me que te diga con mis palabras cómo le va la vida últi-mamente.
Yo le di clase de lenguaje los dos cursos pasados, pues repitió un año. Pero ahora soy su tutor y la cosacambia, me siento mucho más implicado.
De principio te diré que quiero ayudarle, pero no sé cómo. Por eso quiero hablar detenida y seriamentecontigo para que me aconsejes y me eches una mano.
Creo que está hambrienta de cariño y sedienta de escucha y de un tiempo personal dedicado a ella.
Debo confesarte a este respecto, Señor, mi primer fallo: no le he dedicado tiempo suficiente ni escucha tran-quila a sus palabras y preocupaciones. Y todo debido amis prisas por llegar a ninguna parte y a mis nervios aflor de piel y a mi afán de perfeccionismo.
Tú, Señor, seguro que habrías obrado con ella de muy distinta manera.
Se marchó del colegio al acabar el primer trimes- tre. Y ya ves, Señor, qué pronto he olvidado su personay el caso que tanto me preocupaba. Tanto que ni siquie-ra recuerdo su apellido. ¡Qué triste! Podría haber pre-guntado por ella, llamarla por teléfono, escribirle unasletras. Pero no se me ha ocurrido nada de eso, quizáspensé que mi misión había terminado y que ya habíacumplido mi trabajo oficialmente "tutorial".
Como ves, Señor, todavía vivo bastante burocrati- Sé, por las veces que hablé con ella, que sus pa- dres llevan varios años separados. Se la veía muchasveces triste, desganada, incomprendida, desilusionada,altamente desmotivada para el estudio.
En ocasiones, la reñí con palabras desaforadas y no la traté con educación. Casi, casi la tenía enfiladanada más entrar en clase.
En vez de preocuparme de su situación y tratar con cariño y con tiempo su problema, la despachaba "lim-piamente" enviándola no pocas veces a la orientadora.
Sólo tuve una entrevista con sus padres, ahora que me acuerdo. ¿Recé por ella alguna vez? ¿Te la presentéen mis charlas contigo? Puede que un par de veces.
Me avergüenzo de mi poca delicadeza. Tú lo ha- brías hecho de un modo muy diferente.
Es cierto que me la he encontrado por la calle más de una vez, y me ha saludado de forma agradecida. Sé,porque he cambiado algunas palabras con ella, que está picando en varios sitios. Pero no está satisfecha, y yotampoco, cuando recuerdo mi falta de empeño por recu-perarla, comprenderla, escucharla y animarla en su vida.
Perdóname, Señor, y ayúdame en mi trabajo de orientador y animador y tutor. Aconséjame para quepueda ilusionarla todavía.
Pon en mi vida un poco de tu ternura y delicadeza para que trate a los muchachos y muchachas que colo-ques en mi camino como Tú sabes hacerlo y para quelos anime a vivir con ilusión.
Gracias, Señor, por escuchar mi desahogo. Ahora me voy más tranquilo. Échale tú también una mano aIsabel.
Y Para orar
v 1. Reza esta oración: Pon en mi vida un poco de
ternura y delicadeza.
v 2. ¿Qué sentimientos ha provocado en ti? ¿Te ha
recordado algo? ¿Ha despertado en ti alguna lla-mada? Recoge estas preguntas en oración.
v 3. Comparte con los cohermanos o con quienes
estás rezando alguna vivencia tenida en la ora-ción. Puedes invitarles a rezar alguna oraciónen concreto, a entonar un canto. puedes recor-dar en voz alta alguna frase del Evangelio, o deMarcelino.
v 4. Canto final
Ser tu rostro Al llegar a casa, después de la Misa, me he encon- trado a María llorando con sus hijos.
Rápidamente, me cuenta lo que ha pasado. Lo mis- mo que ya me había contado el año pasado.
¿Te das cuenta, Señor? ¿Es que no es posible que esta mujer pueda rehacer su vida, ser otra, y que estascriaturas sean felices? El conviviente se ha emborrachado como siempre, ha traído a sus hermanos también borrachos a la casa, yentre todos han amenazado a la mujer y a los hijos y loshan echado de casa.
Ellos han venido a buscar refugio a nuestra casa.
¿Qué podemos hacer nosotros, Señor? No me parece queTú quieras que estos niños vivan atemorizados siempre(a Rosalía la hemos derivado a la sicóloga porque yasicomatiza el temor y la tensión, y Carlos lleva impresoen su conducta la ausencia del cariño del padre).
María es una buena mujer. Cuánto ha vivido en su corta vida. Pero ha aprendido y quiere cambiar. Es otrapersona, se ha rehecho, quiere salir adelante.
Y esto enfurece a su conviviente. Hemos querido ayudarle, Señor, nos hemos acercado a él, le hemos in-vitado a los talleres, ha sido llamado por la sicóloga.
Pero él se hace el sordo y no quiere saber nada.
Lo peor es que no deja que su mujer cambie. ¿No se lepuede decir a María que lo deje, que rehaga su vida, quecuide de los niños, que sea más feliz? ¡Cuánto dolor, Señor! ¡Qué pobreza de horizon- tes! ¡Qué mundo más chato! ¡Cuánto sufrimiento!.
Aquí nos tienes, Señor, a los Hermanos. Nos has colocado al lado de tantas Marías, de tantas Rosalías yde tantos Carlos para ser tu rostro de amor, tu palabra deconsuelo, tu mensaje de esperanza.
Situaciones como éstas nos comprometen. También nos animan. Se han dado cuenta que somos sus herma-nos y nos buscan.
Pon en nuestras mentes sabiduría; en nuestras ma- nos, generosidad; en nuestro corazón, compasión y mi-sericordia. También firmeza.
Pero, Tú, Señor, pon también de tu parte. Si no, el círculo no se romperá jamás. Borrachos fueron los pa-dres, borrachos son hoy los hijos, borrachos continua-rán los hijos de los hijos.
Coloca una imagen del Sagrado Corazóny la frase: «Ser tu rostro de amor» v 1. Conoce el texto: Ser tu rostro de amor. Óralo.
v 2. Anota en una hoja lo que te sugiere, los senti-
mientos que despierta en ti… Desde esta ora-ción, agradece a Dios tu vocación.
Después de equis años de Vida Religiosa Ma-rista o de educador marista, ¿Cómo te sientes?¿Qué quieres agradecer? ¿Qué quieres pedir? v 3. Con todo ese material, escribe una oración. Que
te salga del alma. Date un tiempo para orarla.
v 4. Si están varios en oración, pueden compartir lo
que han escrito.
v 5. Canto final.
Mi encuentro contigo en la cárcel Colocar algunos elementos que aparecen en la ora- ción. Además, el siguiente letrero: «Estaba preso y mevisitaste».
"Hace unos días, Señor, se me ocurrió que podría ir a visitar la cárcel. No tengo claro por qué, pero eso noimporta en este momento.
Tengo que decirte que sentía mucho reparo en ha- cerlo, que me surgían muchas preocupaciones einterrogantes.
Pero al ir en compañía de Imelda, una religiosa de 75 años me quedé bastante tranquilo. Escuchar: "Her-mana, ya conoce el camino, vaya donde quiera", aquietómi espíritu.
No sé, Señor, si al hacer el recorrido me fijé mu- cho en que cada rostro era el tuyo. Sí vi en cada preso aun ser humano.
Gracias, porque me ayudaste a acercarme a ellos.
Me hiciste hablar con los que encuadernaban, me ayu-daste a confiar en los que estaban en la carpintería. Has-ta me reí mucho cuando los encargados de la cocina meabrieron el horno donde estaban asando unas enormespatas de pollo para la comida.
Señor, se me ha quedado grabada la imagen de Antonio, con sus 29 años, cumpliendo condena por pro-blemas de drogas. Se mostró muy amable conmigo, meacercó al dormitorio y de su armario sacó varias fotos.
Quería que conociera a su mujer y a sus hijos. Ella, unachica bonita, y sus hijos rezumaban alegría."Yo aquí,lejos de ellos", me dijo.
Qué hermoso, Señor que has puesto en su corazón el deseo de salir pronto, de restablecer su hogar, de ha-cer una vida nueva. Yo no tenía palabras, sólo escuchaba,asentía y con mi mirada le animaba a seguir luchando.
Señor, Tú no le vas a fallar, que se hagan realidad sus sueños.
También hoy te pido por mí. Que me acerque a las personas y que me sienta hermano de ellas. Así, de ver-dad, te podré llamar Padre".
Y Para orar
v 1. Déjate tocar por este texto: Mi encuentro conti-
go en la cárcel. Qué sentimientos te suscita. ¿Hasvivido tú alguna experiencia parecida? v 2. Entra en comunión con jóvenes y o familias que
conozcas, que estén en la cárcel o metidos en ladroga, en el alcohol, en la violencia intrafamiliar.
Háblale a Dios de ellos. Suplica. Intercede.
v 3. Con quienes estés orando, reza una decena del
Rosario. Antepongan a cada avemaría , el nom-bre de alguna de las personas recordadas y for-mulen una petición.
v 4. Canto final.
Oración después de viajar en autobús(1) Señor, después de lo últimamente vivido, no tengo ganas de hacer oración, pero sí deseo contarte lo ocurri-do y explayarme contigo. Juzga Tú mismo si esto es ora-ción o no.
Señor, estoy harto; no se puede aceptar esta situa- ción. No se puede aceptar esta sociedad hipócrita de laque yo formo parte y me quedo tan tranquilo.
Señor,¿ te parece normal esta división que hemos hecho la "gente de bien", la "gente de orden", los "bien-pensantes"? Señor, es que son indeseables, decimos, son dro- gadictos. Incluso se drogan en el autobús. Hasta a esollega su osadía. ¿Cómo quieres que no nos separemos ylos arrinconemos al fondo del autobús? Cuando estaba esperando ha llegado uno, Señor, y me ha pedido algunas monedas para completar el dineropara el autobús. Yo le he dicho que pagaría por él y así lohe hecho y se ha quedado tranquilo y me lo ha agradecido.
¡Señor, es intolerable¡ Cuando he subido, me he dado cuenta de que uno de los compañeros del que heayudado está fumando, he hecho como que no le he vis-to y me he sentado hacia la mitad trasera del autobús yme he quedado reflexionando.
Señor, pero ¿qué han hecho para que nosotros les arrinconemos y les empujemos al abismo de la droga,de la delincuencia, de los fuera de la ley? Me ha llamado la atención que ha llegado un hom- bre cargado de bultos y le ha dejado uno de ellos su sitiopara que se sentara. Y a mí no se me había ocurrido esto,Señor.
Y Para orar
v 1. Lee el texto de la oración: Oración a las 11.30
de la noche, después de viajar en autobús.
v 2. ¿Qué texto del Evangelio te viene a la memoria
al leerla? ¿Qué personas concretas, conocidastuyas, evocas? Combina ambas evocaciones yora.
v 3. Si estás rezando con otras personas, pueden com-
partir lo evocado y orado.
Recen unas avemarías por las personas que ha-yan aparecido en el compartir.
v 4. Canto final
1 Oración rezada antes de acostarse, después de llegar a casa a las 11.30 de la noche. El autor ha tomado un bus, con cabina blindada, pues a élsuben todas las noches un grupo de drogadictos, ocupando siste-máticamente la parte posterior.
de la jornada « ada día, al caer la tarde, dedicamos unos momentos para hacer la revisión de la jornada: agrade-cemos al Padre los signos de su amor, pedimos perdónpor nuestras faltas y renovamos nuestro deseo de fideli-dad con un acto de abandono filial» (C. 72).
La revisión de la jornada es una oración, no un exa- Es un ejercicio privilegiado de espiritualidad apos- tólica. A través de ella, discernimos y agradecemos elpaso de Dios por la historia personal, social y mundialdel día. Lo importante de esta oración es tomar concien-cia de la acción de Dios a lo largo del día y no sólo en lahistoria personal, sino también en el acontecer colegial,nacional, eclesial y mundial.
A partir de esa presencia de Dios que se revive, brotan sentimientos de gratitud, de súplica, de alabanzay de perdón.
La revisión de la jornada afina la sensibilidad es- piritual. Ayuda a percibir los pasos del amado, a vi-sualizar sus huellas en rostros y situaciones concretos.
Presentamos numerosos métodos para realizar esta revisión diariamente. Puede hacerse en forma personaly también comunitaria.
Revisión de la Jornada b 1) Acción de gracias
Comienza con una oración de gratitud.
Recorre el día y siente la presencia del amor deDios y de sus dones. Expresa tu admiración yagradecimiento y pide a María que esté junto ati en tu propia gratitud.
b 2) Oración para pedir la luz del Espíritu Santo
Invoca al Espíritu de Jesús para que te haga sentir su acción en tu vida, para que te ayude aconocerte mejor, a conocer mejor tus motiva-ciones, tus valores, tus miedos y tus anhelos.
Pídele la capacidad de descubrir las mejoresformas de responder al amor.
b 3) La revisión
Plantéate algunas preguntas que te ayuden a ver el día de una forma global y también enalgunos detalles: • ¿Qué estoy haciendo con mi vida? • ¿Cómo he vivido hoy mi experiencia de vida? • ¿Cómo he sentido hoy la presencia del Se- • ¿Qué momentos me han acercado más a • ¿Ha habido algún signo fuerte de la cerca- nía de Dios? • ¿Le he visto a El en mis miedos y debilida- • ¿He encontrado a Cristo en mis Hermanos? • ¿Lo he encontado en mis alumnos, en.? • ¿Cómo he sido signo de Dios en mi entorno? • ¿He salido de mí mismo para estar más cer- A modo de resumen de toda la revisión: • ¿A qué me ha llamado hoy el Señor? • ¿Cómo he respondido? • ¿Qué me dice esto sobre mi relación con b 4) Pesar y gratitud
Acude al Padre abriendo tu corazón; reconoce tu debilidad; reconoce que tu fuerza está en Él. Alégrate ensu amor y pide misericordia, curación y conversión decorazón.
b 5) Proyección para el futuro
En este discernimiento continuo de tu vida que es- tás haciendo en la revisión de la jornada, discernimiento por el que te haces más consciente de la presencia delSeñor, de su llamada, y de la fuerza que pone en tu vida,deja que aparezcan tus sentimientos. Acepta tu ilusión ytu miedo, tu alegría y tu confusión. y piensa que conellos debes afrontar tu futuro confiando en que el amorde Dios, siempre te conducirá hacia Él.
• ¿Qué sentimientos tengo en el momento pre- • ¿Qué he aprendido en el día de hoy? • ¿Con qué esperanza miro el día de mañana? Pide la gracia de confiar no en tus fuerzas y virtu- des sino en el amor que Dios te tiene. Pon tus esfuerzosbajo la protección de María que fue sencilla y humilde,que abrazó el proyecto de amor de Dios y que compartiótoda su vida con Jesús y con los creyentes.
Revisión de nuestro día b 1) Acción de gracias
El amor que Dios te tiene, su presencia cons- tante en tu vida, es una llamada a que el agradeci-miento sea en ti natural como el respirar. Por eso,es bueno comenzar la revisión con una oración degratitud, particularmente por lo que ha acontecidodurante este día.
Pídele a María que te ayude a comprender más plenamente el amor de Dios y su presencia en tuvida.
Recorre el día brevemente, viendo cómo has ex- perimentado el amor de Dios en los dones que hasrecibido en el tiempo transcurrido desde la últimarevisión.
Expresa tu admiración y tu agradecimiento y pide a María que se una a ti en tu propio «Magnífi-cat» de alabanza y de acción de gracias.
b 2) Oración para pedir la luz del Espíritu Santo
Pide al Espíritu que te ilumine, que te ayude a conocerte más a ti mismo, y que te haga compren-der y apreciar mejor las llamadas del Señor en tuvida diaria.
Pídele al Espíritu Santo que te haga sentir pro- fundamente el amor que Dios te tiene, y que te con-ceda también la gracia de comprender mejor laacción del Señor en tu vida, y un mayor conoci-miento de ti mismo, de tus motivaciones, de tusvalores, miedos y anhelos.
Pídele al Espíritu Santo que te ayude a ver todo lo que Jesús y María han estado obrando en tu corazón.
Pide la capacidad de descubrir las mejores formas de responder al amor activo que ellos brindan.
b 3) El examen
¿De qué vas a examinarte? Hay diferentes ma- neras de enfocarlo. Una muy sencilla es buscar unacercamiento así: « ¿Qué estoy haciendo con mivida? ¿A dónde voy? ¿Qué cosa o quién me con-duce?», o poniéndolo en otros términos: « ¿Cómohe vivido mi experiencia de fe en el día de hoy?¿De qué forma me ha estado llamando el Señor?¿Cuándo he sentido su presencia?».
Plantearse algunas preguntas clave suele ayu- dar, y algunas de las que siguen pueden ser útil,pero es cuestión de que cada Hermano elija unas opensar en otras por propia cuenta.
• ¿Ha habido momentos de relación más cercana, que hayan sido particularmente significativos?(Momentos durante la oración quizá, o algúncontacto con la naturaleza, o con otra persona:un Hermano que precisaba ayuda, un mendigoque necesitaba al menos una sonrisa amistosa,un muchacho en dificultades). A lo mejor, enton-ces, no has reconocido la llamada, pero ahora loves claro.¿Te has sentido atraído por el Señor alguna vez en el día, a través de un compañero, de un su-ceso, de un buen libro, etc.?¿Te has encontrado con Él en las incompren- siones, en los miedos, en el dolor, en la debili-dad?¿Te ha llegado hoy su palabra viva. en el tiem- po de oración. en las Escrituras. en la litur-gia. en otras lecturas?¿De qué manera has encontrado a Cristo en los miembros de tu comunidad? ¿Has sido tú por-tador de Cristo para ellos?¿De qué forma has sido un signo de la presen- cia y del amor de Dios. para tus Hermanos.
tus alumnos. tus amigos. para la gente conla que trabajas. para las personas con las quete has relacionado hoy?
• Te has sentido movido a salir de ti mismo y a preocuparte de los que sufren soledad. de losdesmoralizados. de los tristes. de los nece-sitados?¿Se ha hecho más honda tu experiencia de. sen- tirte amado. de saberte pecador. del deseode reciprocidad. de tu dependencia? Las preguntas claves para sintetizar esta parte de la revisión son: • ¿A qué me ha llamado el Señor el día de hoy? • ¿Cómo he respondido? • ¿Qué me dice esto sobre mi relación con 4) Pesar y gratitud
Al revisar la jornada, ves con más claridad la debilidad, la falta de generosidad, el pecado queexiste en tu vida, y por eso expresas espontánea-mente tu pesar. Pero es un arrepentimiento mez-clado con gratitud porque percibes el poder curati-vo del Señor cuando te libera del pecado.
Acude al Padre como el hijo pródigo, abriendo tu corazón a su amor y pidiéndole humildementeque te perdone.
• Reconoce tu debilidad y el hecho de que tu
fuerza está en Él.
• Alégrate en su amor y pide misericordia, cu-
ración y conversión de corazón.
5) Proyección para el futuro
Esta última parte fluye naturalmente del resto de la revisión. Este ejercicio es mucho más que un
breve recorrido del día. Es parte vital de un dis-
cernimiento continuo
por el que te haces más
consciente de la presencia del Señor en tu vida, y
de que Él te llama y te atrae a sí, ayudándote a
crecer en tu vocación cristiana y marista.
Al ir comprendiendo esto, se desarrolla en ti un análisis más sensible de los impulsos, los senti-mientos, los estados de ánimo y los movimientosde tu corazón.
Y es una buena idea comenzar este último pun- to de la revisión con un examen de tus sentimien-tos. A lo mejor parecen de signo negativo: desáni-mo, temores, confusión. No los rechaces, antes bien, acéptalos con honradez. Pero incluso tenien-do alguno de estos sentimientos, esfuérzate porencarar el futuro con esperanza basada en la bon-dad y en el amor de Dios, en la confianza de que,si le abres el corazón, Él te conducirá a sí.
• ¿Qué sentimientos hay en ti en este momento • Reza para que el Señor te ayude en eso. • ¿Qué has aprendido en el día de hoy? • Pide la gracia de la esperanza, fundada no en tus propias fuerzas o virtudes, sino en el amor queDios te tiene.
• Tienes que mostrarte positivo al buscar lo que se puede hacer, lo que se puede cambiar en tu vida,cómo se puede desarrollar tu sensibilidad.
• Reza para que se te conceda responder con más fe, humildad y decisión.
Pon tus esfuerzos bajo la protección de María, la peregrina contemplativa, que guardaba en su co-razón las palabras y los hechos que compartía adiario con su Hijo a lo largo de aquellos treintaaños.
Revisión de la jornada a la manera de María En la evolución de la escena del anuncio del án- gel a María desarrolla los pasos de la revisión de lajornada. Siente que Ella está junto a ti y que se debateen tus mismas preguntas y experiencias. b 1) Entra en tu habitación
Elige un momento para entrar en ti mismo. Re-
cuerda que, aunque sea difícil rezar, es el Espírituquien ora en ti. Olvida toda preocupación y senti-miento particular.
2) Se le apareció un ángel. Dios está presente en
toda tu jornada. Piensa en su fidelidad. Haz ve-
nir a tu espíritu los acontecimientos del día.

¿Ha habido momentos o lugares en los que has sentido especialmente la presencia de Dios? ¿Hahabido entre las personas con las que has convivi-do algún ángel que te ha desvelado la Palabra yel amor de Dios? b 3) Llamada: Alégrate, María, el Señor está contigo
Dios te conoce como eres, te habla al corazón y te llama por tu nombre. Estás en el reino de la ale-gría porque él te ama infinitamente.
• ¿Cuáles han sido tus gozos en el día de hoy? • ¿Y tus sufrimientos? • ¿Has sentido alguna llamada de Dios a cre- b 4) María se turbó mucho
• ¿Cuál ha sido hoy tu sentimiento más pro- fundo? ¿Has tratado de reprimir algúnsentimiento? • Elige una palabra o imagen en que resu- mas tu día. • Y Dios, ¿qué palabra elegiría para descri- bir tu jornada? ¿Hay algo que te turba enla manera como Dios te invita a crecer?¿Qué es lo que te da fuerza? 5) Fruto: Concebirás y darás a luz. ¿Cómo puede
Ahora que has reflexionado sobre tu jornada, so- bre los acontecimientos, sobre las personas encon-tradas, sobre tus pensamientos y sentimientos: • ¿Cómo definirías tú la invitación que Dios te hace en este momento? ¿Qué te dice Diosde tu propia vida? Lo que te pide Dios ¿estámás claro para ti cada día? • ¿Consideras su invitación como una llamada a un nuevo impulso, o como una llamada amorir, a abandonar una parte de ti mismo, ocomo una llamada a vivir un tiempo de gra-cia y plenitud ? Formula ante Dios tus preguntas y tus sentimien- tos ante la nueva vida a la que te invita.
6) El Espíritu de Dios te cubrirá con su sombra
Acuérdate de que Dios no sólo te llama sino que tam- bién te da la gracia para responder y orientar tu vida.
Pide a Dios que te bendiga y que te dé confian- za; pide la ayuda de Jesús, de María, de Marcelinoy de todos tus Hermanos. Dedica algunos minutosa la presencia de Dios y deja al Espíritu de Jesúsque te llene con su fuerza.
b 7) ¡Sí, Señor! Que se haga en mí lo que has dicho
Este último momento de tu oración no ha de centrarse en tus propias fuerzas. Cultiva, más bien,una actitud como la de María y da un paso máshacia la donación total.
Pon de nuevo en Dios tu corazón, tu espíritu, todo tu ser. Recita unas palabras de confianza yabandono. Pídele que te ayude a vivir tu abando-no en Él, tu «SÍ» a la nueva llamada que te hacepara el día de mañana.
Examen del día (Tomado del libro: Cuaderno de Bitácora, para acompañar caminantes, de Carlos Cabarrús.sj).
Para personas que llevan un camino de discerni- miento, que han podido tener la experiencia de ejerci-cios ignacianos o han podido profundizar más en la re-visión de la jornada, les ofrecemos una metodología deexamen del día en clave de discernimiento. Sería conve-niente que en etapas de formación se ayudase a losformandos con una metodología seria que cree hábito,que haga normal el discernir en su vida.
Ofrecemos ahora un pequeño esquema de siete pasos de lo que podría constituir el examen cotidiano,como ejercicio de discernimiento: 1. Ponerse en la presencia del Señor. Para esto ayuda
cualquier tipo de respiración y relajamiento. Pide alSeñor que te ayude a desentrañar el día, que te dé luzpara comprender cuál ha sido su revelación para Tieste día. Es importante que pidas la gracia de ver tuvida desde su propio querer y no desde nuestras com-pulsiones, voluntarismos o percepciones moralistasde bueno/malo.
2. Recoger las vivencias internas del día. Toma tiem-
po para revivir las vivencias interiores de tu día. Note fijes únicamente en lo que pasó externamente, sinoen las sensaciones que te habitaron durante el día.
Míralas. revívelas.
3. Escoger algo que te parezca una moción. Toma algo
del día que suene como "a Dios", que te haya dadocierta tranquilidad, que reconozcas como una invita-ción a la vida. Analízalo haciendo pasar esa expe-riencia por los seis elementos constitutivos de un dis-cernimiento: lo que me pasa, establecer las circuns-tancias, hacer la relación con la propia psicología,ponderar el derrotero, ver la reacción que se tuvo anteella.
4. Hacer el mismo ejercicio anterior con algo que
suene a treta o trampa del espíritu del mal en ti.
5. Analizar el momento presente con los mismos ele-
mentos. Es lo que se denomina discernimiento en
caliente. Ver lo que pasa en el momento que se hace
el examen permite hacerse consciente de la acción
de Dios en diversos tiempos, y facilita desentrañar
las tretas para descubrir, en las mismas circunstan-
cias, invitaciones de Dios que no habían sido
percibidas.
6. Ver qué es lo que, entonces, ha significado este día.
Es el momento propio para disponerse a irse hacien-do cada vez más una persona integrada, puesto queel camino de Dios siempre tiene que ver con lasanación de las heridas, y la plenitud de las poten-cialidades, de tal manera que cada día se vaya sien-do más, un instrumento al servicio de la venida delReino.
7. Terminar con una oración de acción de gracias y
de petición de ayuda. Es el momento de decirle a
Dios que el hondo deseo personal tuyo es dejarte
conducir por Él. Es también el momento donde pue-
des descubrir por dónde debe ir tu oración personal,
por dónde tienes que seguirle pidiendo, tomar con-ciencia, de lo que te ha dado.
• ¿Cuál es el mensaje que Dios me ha querido dar? ¿Qué paso me invita Dios a dar enconcreto? ¿Por dónde se me abre caminohacia el futuro? • ¿Qué pequeñas cosas se me impone realizar, emanadas de la fuerza con la que Dios meexpresa su deseo? 8. Al finalizar el examen es conveniente colocarle un
nombre al día, que de alguna manera le dé identi-
dad.
Te recomendamos escribir cada día el examen.
Ayuda mucho a ir percibiendo por dónde te está lle-vando el Señor, cuál es tu verdadera respuesta y con-vergencia con los deseos de Dios y sobre todo paradescubrir por dónde Dios se te va revelando y te quie-re en el proyecto de construir su Reino.
descubriendo a Jesús Modelo de Emaús para la revisión de la jornada.
Al finalizar el día, al regresar del trabajo, del can- sancio de la actividad, quizá te sientes contento por todolo logrado, quizá agobiado con tantas cosas pendientes,quizá fracasado por lo que no salió como esperabas, quizásin sentido por lo frenético de la actividad que llevas,quizá contento porque hoy el Reino de Dios ha sido po-sible desde lo sencillo, desde lo fraterno, desde la cerca-nía. Aquí al final del día está Jesús, se te presenta nece-sitado DE ACOGIDA (Ap 3,20-21). Está a la puerta, lla-mando, esperando que le acojas. Ábrele tu puerta y re-corre el día que has vivido en su presencia; Él va a irclarificándote en tu cabeza, su paso, va ir trabajando tucorazón; para que descubriendo su Presencia te convier-tas a ÉL. Estate atento, pon en marcha todos tus radares,porque Jesús está en cualquier parte: b Toma el punto o los puntos que te ayuden a dis- cernir la presencia de Dios en tu vida en el día dehoy y la invitación que te hace para seguir cami-nando con Él en la vida. Quédate en aquel puntoque enciende tu corazón por la presencia de Jesús,por la llamada que te hace para construir su Reino.
• Al inicio, invoca siempre al Espíritu Santo que es el que te señala dónde está Jesús, cómo está y qué quierede ti. Al final agradece su presencia y lo que te haregalado, a la vez que pídele la fuerza de su Espíritupara construir el Reino.
1. Presencia en cualquiera:
En los que hoy se han puesto en tu camino. Re- copila las personas en las que has encontrado a Je-sús hoy. Nómbralas, pídele por ellas.
v ¿Cómo ha sido tu encuentro con Jesús en las per- sonas? ¿Qué te pide Jesús en esos encuentros? ¿Quéestás dispuesto a hacer por Jesús en las personas? Descubre la oportunidad que tienes para encon- trarte con Él en las personas (alumnos, profesores,Hermanos de comunidad, niños en las calles, per-sonal de servicio, familias rotas, vendedores ambu-lantes.) 2. Presencia en la palabra:
Jesús es la Palabra, en Él convergen los testa- mentos. ¿Cuál es mi aprecio por su Palabra? SuPalabra en la Biblia, su Palabra en la Historia, suPalabra en los Hermanos, su Palabra en los senci-llos, su Palabra en nuestros colaboradores, su Pala-bra en los acontecimientos, su Palabra en la reali-dad.
Jesús nos enseña su Palabra, ¿me dejo enseñar por Él? ¿Medito su Palabra? Él me la puede aclararcomo a los de Emaús. ¿Cómo he escuchado su Pa-labra en el día de hoy? ¿Ha sido mi alimento, la queha primado en mis decisiones, en mis criterios, en mis relaciones? ¿He encontrado a Jesús en su Pala-bra hoy? ¿Qué estoy dispuesto a hacer para que laPalabra de Dios me lleve a construir su Reino? 3. Presencia en el sacramento:
El sacramento de la Eucaristía tiene validez cuando se hace y reparte. Cuando se rompe el pan yse comparte. Se comparte el pan, se comparte el pande la Palabra, el pan de la cercanía, el pan de lacompasión, el pan del diálogo, el pan de la miseri-cordia, el pan del perdón, el pan de la escucha.
v ¿No será la eucaristía un rito más en mi vida? ¿Ha sido, ella hoy, para mí, compartir? ¿He en-contrado a Jesús aquí, compartiendo, perdonando,escuchando.? ¿Qué estoy dispuesto a hacer paraencontrar a Jesús en la Eucaristía? ¿Qué me estápidiendo que comparta? En la Eucaristía está otro sacramento que he- mos olvidado con frecuencia, el lavatorio de los
pies.
Hace alusión al servicio. Hemos olvidado la
presencia de Jesús en el servicio, cuando sirvo y
me dejo servir. Veo, si hoy he descubierto a Jesús
en el lavatorio de los pies, sirviendo o dejándome
servir. ¿Cómo le descubro en el servicio? ¿Qué me
está pidiendo para encontrarle en el lavatorio de los
pies?
4. Presente en la misión:
Jesús se presenta como abogado infalible (Mt 10). En el riesgo, cuando defiendo al justo, cuandodoy la cara por el pobre, cuando enfrento los pode-res que aniquilan a la persona, allí está Jesús, allí viene el Espíritu en mi ayuda, para enseñarme cómodefenderle, cómo luchar por el Reino.
El requisito para encontrarle es que hay que es- tar en la misión, en la misión de Jesús; hacer posi-ble el Reino; esta misión trae su riesgo.
v ¿Cómo he encontrado a Jesús en la misión? ¿Cómo le he defendido? ¿Qué criterios priman enla misión? ¿Está el Espíritu Santo presente en ella?¿Qué estoy dispuesto a hacer para encontrar aJesús en la misión? 5. Presente en el grupo de misión:
Cuando dos o más están reunidos en mi nombre y se ponen de acuerdo, allí estoy Yo. Con frecuen-
cia olvidamos esta segunda parte, ponerse de acuer-
do, no sólo estar reunidos en su nombre, sino tener
un solo corazón. Cuando esto sucede, se experimen-
ta la presencia de Jesús. Cuando el corazón resuena
al mismo tiempo, allí está Jesús. Recuerda las ve-
ces que has perdido su presencia por ponerte necio,
compulsivo, unilateral.
v ¿Cómo has experimentado hoy la presencia de Jesús, en el estar reunidos en su nombre y ponersede acuerdo? ¿Qué tengo que hacer para descubrira Jesús en el reunirnos y ponernos de acuerdo? 6. Presente en el apóstol.
Cuando estoy en misión soy otro Cristo. Soy pre- sencia de Jesús allí donde estoy.
v ¿Cómo eres presencia de Jesús para ti mismo y que de alguna manera lo transparentas? v ¿Cómo has sido presencia de Jesús hoy en las clases, en las funciones directivas, en la comuni-dad.? ¿Qué puedes hacer para ser presencia deJesús entre los necesitados? 7. Presente en alguien al que yo le doy algo:
Cuando le doy un vaso de agua a un servidor de Jesús. La presencia de Jesús en los que queremosseguirle. Descubrir a Jesús en los compañeros ycompañeras que le seguimos. Abrir las posibilida-des de encuentro con Él en nuestros colaboradores,los laicos, otros religiosos.
v ¿Cómo has encontrado a Jesús hoy en el servi- cio a los compañeros que siguen a Jesús? ¿Qué tie-nes que hacer para encontrarle en ellos? 8. Presente en la tarea de construir el Reino
Si es que predicas, si sellas con el cuño trinitario, si curas, si perdonas, si escuchas, si consuelas, sivives la justicia, si das la vida, si atiendes a Jesúsen el más débil, si le sacas de la fosa, si crees en Él,si apuestas por el que nadie apuesta, si das sentidoal sinsentido, si generas esperanza, si eres artíficede fraternidad, de solidaridad, si le acompañas ensu soledad.
v ¿Cómo ha sido tu encuentro con Jesús en la ta- rea del Reino? ¿Qué tienes que hacer para encon-trarle en la construcción de su Reino? Mi lectura de fe 1) Ponte en la presencia de Dios.
Céntrate en la presencia de Dios. Dios está aquí en tu corazón y en medio de la comunidad.
Invoca su presencia, reconócele amándote. In-voca al Espíritu de Dios con FE. (Dedica unmomento a este acto de conciencia desde la fe).
2) Repasa el día y toma de él uno o dos hechos.
Trata de recordar algún(os) acontecimiento(s) que te hayan tocado más fuertemente y descu-bre cómo los viviste, cómo los interpretaste,desde dónde actuaste. Te pueden ayudar las si-guientes preguntas: • ¿Tu reflexión acudió al Evangelio y sus va- lores? ¿Acudiste al actuar de Jesús y susactitudes, a la hora de reaccionar? • ¿Lo viviste desde la superficie (o sea, hiciste una lectura plana del hecho) o taladraste larealidad haciendo así una lectura de fe? • ¿Te iluminó la Palabra de Dios meditada en la mañana? Descubre ahora: ¿Qué te haquerido decir Dios con esos acontecimien-tos vividos hoy? • ¿Qué siente tu corazón, ahora, en el silencio de tu oración? - ¡Atención a Dios que te si-gue amando.! b 3) Comparte algo de tu reflexión o de tu oración
Si la revisión de la jornada se hace en comu- nidad, comparte con sencillez algo de tu ora-ción. Si es en particular, puedes apuntar tus con-clusiones y compartirlas con alguien en otromomento. (Esto ayuda a seguir estando atentoal paso de Dios en tu vida y a hacer lecturas deFE de toda realidad).
b 4) Agradece a Dios
Dedica un tiempo a agradecer a Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo) por su amor y presencia.
A María porque te quiere y camina contigo, pí-dele que te ayude a vivir siempre atento a la vida,como Ella.
Revisión de la jornada Oración del final del día b 1. Invocación al Espíritu Santo
Comienza pidiendo la luz del Espíritu San- to. Pide al Espíritu que te ilumine, que te ayudea conocerte más y te haga comprender y apre-ciar mejor las llamadas del Señor en tu vidadiaria.
Dame, Divino Espíritu, sentir profun- damente el amor que Dios, Padre de mise-ricordia, me tiene. Concédeme la graciade comprender mejor la acción del Señoren mi vida, especialmente hoy, y un mayorconocimiento de mí mismo, de mis moti-vaciones, de mis valores, miedos y anhe-los. Dame la gracia, Divino Espíritu, de ver todo lo que Jesús y María han estadoobrando en mi corazón y la capacidad dedescubrir las mejores formas de respon-der al amor activo que ellos me brindan.
Gracias, Divino Espíritu, Padre amorosodel pobre, fuente del mayor consuelo.
b 2. Acción de gracias
Gracias, Padre de misericordia, por lo que ha acontecido durante este día en mi vida.
Recorre el día brevemente, viendo cómo has experimentado el amor de Dios en los donesque has recibido en el día.Expresa tu admiración y tu agradecimiento y pide a María que se una a ti en tu propio«Magnificat» de alabanza y de acción de gra-cias. 3. Revisión (Diálogo contigo mismo en la pre-
sencia de Dios)
v ¿Cómo he vivido mi experiencia de fe en el día de hoy? ¿De qué forma me ha estado lla-mando el Señor? ¿Cómo he sentido su presen-cia? Recuerdo algunos de los momentos más significativos del día y me visualizo cómo ac-tué y desde dónde actué.
v ¿La Palabra de Dios te ha servido de orien- tación, de motivación, de criterio en tu actuar?¿De alguna manera se ha hecho más honda tuexperiencia de: encuentro con Dios, de sentir-te amado, de saberte pecador, de tu dependen-cia.? ¿Por qué? Para concluir: • ¿A qué me ha llamado el Señor en el día de hoy? ¿Cómo he respondido? • ¿Qué me dice esto sobre mi relación con • ¿He vivido hoy más atento al paso de Dios en mi vida? b 4. Pesar y gratitud
• Padre de misericordia, vengo ante Ti, comoel hijo pródigo, reconociendo mi pecado, miculpa, mis faltas, mi pobreza y miseria.
• Reconozco mi debilidad, pero a la vez tepresento mis deseos de querer seguir en tuservicio. Mi fuerza y mi poder eres Tú. Comoel ciego del camino, el leproso, el paralíticoy la pecadora una vez más te digo: «Señor, siquieres puedes curarme». Conviérteme y serésiempre tuyo.
(Sigue expresando tu pesar y tu gratitud.
Hazlo con tus palabras, con cantos.)
b 5. Proyección para el futuro
Pide la gracia de la ESPERANZA, funda- da no en tus fuerzas o virtudes, sino en el amorque Dios te tiene. Muéstrate positivo al buscarlo que se puede hacer, lo que puede cambiar entu vida, cómo se puede desarrollar tu sensibili-dad.
Ora para que se te conceda responder con más fe, humildad y decisión.
Termina poniendo tus esfuerzos bajo la pro- tección de María, peregrina contemplativa, queguardaba en su corazón las palabras y los he-chos que compartía con su hijo Jesús, a diario.
Oración final del día b 1. Motivación
Llegado el final del día tomo conciencia de la presencia de Dios en mí y me dirijo a Él con la
confianza de hijo.
Retomo lo vivido y con ello, oro al Padre
que me ama y escucha con misericordia.
b 2. Tomo conciencia del día.
Dios me conoce de veras, conoce como soy en realidad. En su presencia hago venir apacible-mente a mi espíritu los acontecimientos del día,lo vivido, los encuentros con los Hermanos. laPalabra de Dios en la meditación.
• ¿Qué me ha llenado de gozo en este día?• ¿Qué me ha dejado perplejo, con dudas o mie- • ¿Cuál es el sentimiento más profundo ahora, al terminar la jornada? b 3. Comparto con sencillez
algo de lo vivido en el día
• Agradezco al Señor, su amor. b 4. Canto final:
La bondad y el amor del Señor,duran por siempre, duran por siempre. (2) Otros métodos para la revisión de la jornada Me pongo en presencia de Dios.
Le doy gracias por los beneficios que me haconcedido.
Reviso el día ante Dios: oración, estudio, mi-sión, responsabilidad, relaciones, temperamen-to, deficiencias.
Pido perdón por las faltas y doy gracias por losaciertos.
Me pongo una meta concreta.
Hago un acto de fe en Dios.
Reviso la «película del día», sin aprobar, sincondenar nada de lo ocurrido. Dejo que larealidad me hable.
Pongo mi esperanza en la ayuda del Señor yprometo superar algo.
Me pongo en la presencia de Dios.
Me pregunto si las personas con las que he tra-tado hoy han sido mejoradas con mi encuen-tro.
Me pongo en la presencia de Dios.
Recuerdo todo lo bueno que he hecho en el día.
Miro cómo he servido a los demás.
Doy gracias a Dios por todas las cualidades quetengo y las oportunidades de servir que me hadado.
Me pongo en la presencia de Dios.
Me fijo en un hecho que me ha ocurrido, y ob-servo, sin analizarlo, los gestos, las palabras,reacciones, actitudes.
Busco a Cristo en ese hecho, como conductorde mi historia.
Acepto el hecho ante Dios y formulo el propó-sito de corregir algún punto negativo.
Me pongo en la presencia de Dios.
Respondo a estas preguntas:– ¿hay algo en el día de hoy por lo que debo dar gracias a Dios?– ¿hay algo por lo que debo pedir perdón?– ¿cómo quiero que sea el día de mañana? Hago un acto de fe en Dios.
Miro hacia el futuro, por ejemplo al día demañana, y contemplo los acontecimientos comoquisiera que sucedieran.
Observo cómo quisiera verme en ellos.
Busco a Cristo en ellos y miro cómo actuaríaEl en esos acontecimientos.
Me fijo en las personas con quienes voy a tra-tar, y veo a Cristo en ellas.
Hago un acto de fe en Dios.
Recuerdo los puntos de la meditación.
Me contemplo viviendo las mociones de lameditación a lo largo del día.
Doy gracias a Dios por su amor y le pido per-dón si no correspondí.
Me pongo en la presencia de Dios. Retomo unpunto de mi Poyecto Personal de Vida.
Analizo cómo lo he vivido a lo largo del día(de la semana).
Termino pidiendo ayuda al Señor y a la BuenaMadre para ser más fiel.
I. ROSTROS DE DIOS
1. ¿Dónde está Dios? 2. Jesucristo, imagen de Dios 3. Dios en la calle 4. Dios en los signos de los tiempos 5. Dios en los gritos de esperanza 6. Dios en la belleza y en los signos de vida 7. Dios en la experiencia de la alegría y de la realización 8. Dios presente en el comedor 9. Dios presente en los jóvenes animadores de grupo 10.Dios en los contratiempos de cada día 11.¿Dónde está tu hermano? 12.Dios se hace niño 13.Dios en el alumno desmotivado 14.Dios en el Hermano achacoso 15.Dios en el anciano 16.Dios en el mayor que no se jubila 17.Dios en los indígenas 18.Lo que hiciste con. lo hiciste conmigo 19.Ven, Señor Jesús II. DE LA MANO DE MARCELINO
20.Apasionados por Jesucristo 21.Confianza en María 22.Amor a los pobres 23. Dios en el trabajo de cada día 24. Encontrar, amar y servir a Dios en la escuela 25. Jesús nos confía lo que más ama 26. Para educar hay que amar 27. Una vida que se da 28. Un Dios compasivo 29. El corazón de la comunidad 30. Mis Hermanos me hablan de Dios 31. El apostolado, fuente de espiritualidad 32. Confianza en Dios 33. El punto capital 34. Mi vida es una historia de Dios 35. Solicitud y atención a los Hermanos 36. Siempre en Dios 37. Toda la vida en Dios III. LOS SALMOS,
ESCUELAS DE ORACIÓN APOSTÓLICA
38. Sácame de la red (Salmo 31) 39. El corazón misericordioso de Dios (Salmo 51) 40. Restáuranos, Señor ( Salmo 80) 41. Dios, nuestro refugio (Salmo 90) 42. Confianza en el Señor (Salmo 130) 43. La grandeza de Dios (Salmo 139) IV. ORANDO COMO MARCELINO
44.Oración de Marcelino por el huérfano Juan Bautista Berne 45. Oración de Marcelino tras el abandono de Terraillon 46. Oración apostólica de Marcelino Champagnat 47. El joven Montagne V. ORAR DESDE LOS MÁS DÉBILES
48. Necesito tu fuerza, Señor 49. Te presento este alumno difícil 50. Oración Por Pablo 51. Pon en mi vida un poco de ternura y delicadeza 52. Ser tu rostro de amor 53. Mi encuentro contigo en la cárcel 54. Oración en el autobús VI. REVISIÓN DE LA JORNADA
55. Revisión de la jornada 56. Revisión de nuestro día 57. Revisión de la jornada a la manera de María 58. Examen del día 59. De camino, descubriendo a Jesús.
(Modelo de Emaús para la revisión de la jornada) 60. Mi lectura de fe del día 61. Revisión de la jornada (Oración del final del día) 62. Oración final del día 63. Otros métodos para la revisión Red Hispanoportuguesa de Espiritualidad Apostólica Marista

Source: http://maristas.com.ar/biblioteca_digital_marista/Documentos/Estas%20de%20corazon%20en%20cada%20cosa.pdf

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